Los chilenos eligen este domingo 7 de mayo a los 50 constituyentes que serán los encargados de redactar una constitución que ponga fin a la redactada por el dictador Augusto Pinochet en 1980. Este había privatizado la salud, la educación, el transporte y hasta el agua. Un primer borrador de constitución fue ampliamente rechazado por los chilenos el 4 de septiembre de 2022.

“Este texto fue interpretado como un texto excesivo, recuerda Stéphanie Alenda, profesora de sociología política de la Universidad Andrés Bello de Santiago de Chile. Propuso un nuevo sistema político, una nueva estructura del Estado, que pasó a ser plurinacional”. Los 155 redactores de este primer borrador procedían en su mayoría de la sociedad civil y habían sido elegidos como candidatos independientes de los partidos tradicionales.

Esta vez el proceso ha vuelto al redil de los partidos y el Congreso ha definido salvaguardas para evitar los «excesos» y desatinos del texto rechazado en septiembre. Así los constituyentes trabajarán en un anteproyecto elaborado por 24 expertos, 12 designados por el Senado y 12 por el Congreso. Se han definido 12 puntos como “bases constitucionales” para la redacción del nuevo texto fundamental.

350 candidatos se postulan para esta boleta. Se han presentado cinco listas. Los partidos del gobierno de izquierda del presidente Gabriel Boric están divididos en dos listas correspondientes a las dos coaliciones que lo apoyan: Unidad por Chile, que reúne al Frente Amplio de Boric, el Partido Comunista, el Partido Socialista y el Partido Liberal. Una lista de centroizquierda con dos partidos participando en el gobierno, el partido por la democracia y el partido radical aliado a la Democracia Cristiana. Una lista de Chile Seguro conformada por el derecho tradicional. El Partido Popular, del populista Franco Parisi, también presenta una lista. Y por último el partido de derecha radical los republicanos del finalista en las últimas elecciones presidenciales, José Antonio Kast. También hay tres candidatos independientes y dos candidatos mapuche.

El gobierno salió muy debilitado por el rechazo del primer texto en septiembre. Impulsor al inicio de un texto que debía permitir salir adelante de la grave crisis social que había sacudido al país en 2019, Gabriel Boric había terminado mostrando solo un discreto apoyo al texto, entendiendo que los chilenos no no estaban preparados para un cambio tan drástico como el previsto en el proyecto de constitución. La situación actual del gobierno es delicada. Parece estar renunciando cada vez más a sus primeras orientaciones, creando tensiones entre los partidos de la coalición. Así, la decisión de declarar el estado de emergencia en la región mapuche fue muy mal recibida por varios partidos de gobierno. La última decisión de desplegar el ejército en la frontera norte para controlar los flujos migratorios solo ha profundizado las divisiones.

La derecha tradicional no parece estar en condiciones de volver con fuerza. Es el Partido Republicano de José Antonio Kast el que tiene el viento en popa en el momento de esta elección. Una situación un tanto paradójica, el hecho de que este partido haya mostrado su oposición al abandono de la constitución de Pinochet. El partido podría ganar 30 de los 50 escaños a cubrir, lo que lo colocaría en una posición ideal para bloquear cualquier cambio sustancial en el funcionamiento de las instituciones chilenas. “Gabriel Boric estaba a favor de un sistema de salud controlado principalmente por el estado, con la posibilidad de acceder a un seguro mutuo privado, recuerda Stéphanie Alenda. Es probable que avancemos hacia un sistema más liberal, con la posibilidad de elegir entre la gestión pública o privada, si, como auguran las encuestas, la derecha tiene una posición fuerte en la nueva asamblea constituyente”.

Aún así, la población está poco movilizada para esta elección. “Las clases trabajadoras, en particular, tienen muy poco interés en el proceso constitucional, observa Stéphanie Alenda. Van a votar el domingo porque el voto es obligatorio. Es probable que la tasa de participación sea alta, pero principalmente por el riesgo de sanciones”.

La asamblea constituyente iniciará sus labores el 7 de junio. El texto definitivo deberá ser presentado el 21 de octubre y será sometido a referéndum el 26 de noviembre. Un nuevo rechazo enterraría definitivamente la idea de abandonar la constitución de Pinochet y colocaría al gobierno borico en una situación muy incómoda.

A pesar de este desinterés de la población, esta elección es importante para el país porque “redibujará el panorama político chileno”, analiza Stéphanie Alenda. Si el partido republicano sigue ampliando su audiencia, veremos nuevas dinámicas en la derecha. Por el lado del gobierno, si la coalición de centroizquierda obtiene resultados decepcionantes, esto podría crear tensiones con la coalición más de izquierda compuesta principalmente por el partido de Gabriel Boric y el Partido Comunista, que tiene una representación más débil dentro del equipo de gobierno. “El nuevo panorama político podría consistir en un refuerzo de los extremos con los republicanos de un lado y el Partido Comunista del otro, que se vería con derecho a criticar la política de seguridad del gobierno”, concluye Stéphanie Alenda.