Condecorado el miércoles por el presidente ruso Vladimir Putin por su contribución a la “cooperación” entre Rusia y Bosnia, el líder político de los serbios de Bosnia, Milorad Dodik, se comprometió a impedir que Bosnia se una a la OTAN. Los dos líderes se reunieron en Kazán, capital de la república rusa de Tartaristán, al margen de los “Juegos del futuro”, que combinan disciplinas deportivas y videojuegos, organizados por Moscú hasta el 3 de marzo, informó el canal público de la República Srpska ( RTRS), la entidad serbia de Bosnia.

Vladimir Putin entregó al presidente de la República Srpska (RS) la medalla de la Orden de Alexander Nevsky, una de las más altas condecoraciones rusas, por su “gran contribución al desarrollo de la cooperación entre la Federación de Rusia y Bosnia-Herzegovina, y por el fortalecimiento de la asociación con la República Srpska”.

«Nos negamos sin dudar a avanzar hacia la OTAN a pesar de las persistentes presiones en esta dirección», declaró Milorad Dodik durante una entrevista con el presidente ruso, según imágenes difundidas por la RTRS. Mencionó los ataques de la OTAN contra posiciones de los serbios de Bosnia en 1995 y contra Serbia en 1999. «No es (…) ni lógico ni normal que aceptemos la adhesión a la OTAN » por parte de Bosnia, aseguró Dodik.

Desgarrada por una sangrienta guerra intercomunitaria en los años 1990 (100.000 muertos), Bosnia es hoy un país dividido en dos entidades: la serbia, partidaria de la neutralidad militar del país, y la croata-bosnia, cuyos líderes quieren que el país se una a la OTAN. En este tipo de decisiones es necesaria la unanimidad de los representantes de las tres comunidades. El jefe de Estado ruso agradeció a Milorad Dodik, objeto de sanciones estadounidenses y británicas debido a sus amenazas separatistas, por “mantener relaciones regulares con Rusia”, según un comunicado de prensa del Kremlin. “Sabemos que la situación en la república (en RS, nota del editor) no es fácil. Nosotros también estamos dispuestos a hablar de ello”, dijo Putin.

Dodik, que se reunió con el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, en Minsk el lunes, destacó que sus políticas habían impedido que Bosnia se alineara formalmente con las sanciones occidentales dirigidas a Bielorrusia y Rusia. El líder serbobosnio, que muestra periódicamente su admiración por Vladimir Putin, es uno de los pocos políticos europeos que siguió reuniéndose con el presidente ruso tras la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022.