El ministro del Interior, Gérald Darmanin, pidió a los prefectos una “firmeza sistemática” para desalojar a los “infractores de violencia urbana” de las viviendas sociales, en una nota consultada por Le Figaro el jueves 31 de agosto, confirmando las informaciones de TF1.
“Les pedimos que movilicen todos los instrumentos previstos por la ley para desalojar a los infractores de las viviendas sociales que ocupan”, escriben la ministra del Interior y la secretaria de Estado encargada de la ciudad, Sabrina Agresti-Roubache, en esta nota de fecha Miércoles. «Utilizarás las distintas herramientas a tu disposición, en función de las situaciones particulares que puedas vivir, en colaboración con los donantes, las autoridades locales y la autoridad judicial», añaden.
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Esta nota llega tras la polémica suscitada por la expulsión la semana pasada por parte del prefecto de Val-d’Oise de un alborotador condenado y de sus familiares de una vivienda social que ocupaban. El prefecto de Val-d’Oise explicó a la AFP que la expulsión estaba relacionada «con el hecho de que esta persona había saqueado una tienda», pero «que ya existía otro motivo de expulsión». «Para ahorrar tiempo, ejecutamos una sentencia de desalojo preexistente», dijo, explicando que la decisión de romper el contrato de arrendamiento preexistente se había pronunciado por impago de alquiler.
Según la ley, no es el prefecto quien ordena el desalojo sino una decisión judicial, generalmente tras un largo procedimiento. Sólo puede estar motivado por incumplimiento del contrato de arrendamiento, como impago de alquiler, alteración del disfrute o actos de delincuencia por parte de los inquilinos (mecánica salvaje, venta de estupefacientes, ruido).
Los ministros citan los artículos 1.728 del Código civil y 7 de la ley 89-462 del 6 de julio de 1989, y sostienen que la comisión de «un acto de delito grave cerca del lugar de residencia» constituye «un ataque al uso pacífico de su alojamiento». . «Sobre esta base, un arrendador puede recurrir al juez civil para que éste se pronuncie sobre la terminación del contrato de arrendamiento de la vivienda y el desalojo de cualquier ocupante para restablecer la tranquilidad del lugar», detallan. Sabrina Agresti-Roubache y Gérald Darmanin pidieron a los prefectos que garanticen que los donantes y los alcaldes «conozcan estas disposiciones y faciliten su utilización».