Un cohete SpaceX Falcon 9 que transportaba el primer satélite espía de Corea del Sur despegó de California el viernes, según la transmisión en vivo de la compañía espacial estadounidense, menos de dos semanas después de que Pyongyang lanzara su propio satélite de reconocimiento militar. Si se coloca con éxito en órbita, se espera que el satélite surcoreano supervise las actividades de Corea del Norte, que posee armas nucleares.
El satélite de Seúl fue lanzado por un cohete Falcon 9, que despegó de la base californiana de Vandenberg a las 18H19 GMT del viernes (10H19 hora local, 03H19 del sábado, hora de Seúl). La misión también transportó otros satélites de diferentes clientes. SpaceX interrumpió su vídeo en directo poco después del lanzamiento, sin mostrar imágenes de la carga desplegada en el espacio. Corea del Sur planea lanzar cuatro satélites adicionales para finales de 2025 para aumentar sus capacidades.
El satélite se colocará en una órbita terrestre baja y podrá detectar un objeto tan pequeño como 30 centímetros, según la agencia de noticias surcoreana Yonhap. «Teniendo en cuenta su resolución y su capacidad de observación de la Tierra (…) nuestra tecnología satelital se encuentra entre las cinco primeras del mundo», afirmó un funcionario del Ministerio de Defensa de Corea del Sur, citado por Yonhap.
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Para monitorear las actividades de Pyongyang, «hasta ahora, Corea del Sur ha dependido en gran medida de los satélites de reconocimiento estadounidenses», dijo Choi Gi-il, profesor de la Universidad Sangji. Aunque el país «ya logró lanzar un satélite de comunicaciones militares, tomó mucho más tiempo un satélite de reconocimiento, debido a mayores desafíos tecnológicos», agregó. Pero después del exitoso lanzamiento de un satélite espía por parte de Corea del Norte, «el gobierno de Corea del Sur también debe demostrar que puede hacerlo».
Desde el lanzamiento del satélite «Malligyong-1» de Corea del Norte la semana pasada, Pyongyang ha afirmado haber podido observar importantes lugares en Estados Unidos y Corea del Sur. Sin embargo, no se han hecho públicas ningunas imágenes. Este despegue fue el tercer intento de Corea del Norte de poner en órbita un satélite de observación militar de este tipo, tras dos fracasos en mayo y agosto. Seúl afirmó que Rusia había ayudado técnicamente a Corea del Norte con la operación. Occidente, Japón y Corea del Sur denunciaron este lanzamiento, al igual que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.