Periodista de profesión, el candidato a las elecciones presidenciales de Ecuador Fernando Villavicencio, anunciado segundo en las encuestas, estuvo en la primera línea de la lucha contra la corrupción. Había denunciado irregularidades en contratos públicos unos días antes de ser asesinado en plena campaña electoral.

Una de sus principales hazañas fue haber enviado al banquillo al expresidente Rafael Correa (2007-2017) gracias a una de sus investigaciones. Junto a su colega y amigo Christian Zurita, reveló la existencia de una vasta red de corrupción, llevando ante la justicia al exjefe de Estado y a sus funcionarios de gobierno por haber recibido sobornos de empresarios.

Rafael Correa, refugiado en Bélgica y a quien Fernando Villavicencio apodó “el prófugo”, fue condenado en rebeldía a ocho años de prisión por este caso. Pero, por su trabajo, el propio Villavicencio ha estado en la mira de los tribunales.

En 2014, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le otorgó medidas de protección luego de que fuera condenado a 18 meses de prisión por insultar a Rafael Correa. Luego se escondió en la selva amazónica para escapar de su dolor.

Dos años después, un juez ordenó su encarcelamiento por revelar información secreta que presuntamente obtuvo al hackear correos electrónicos del gobierno de Correa, con el objetivo de impulsar una investigación sobre corrupción en el sector petrolero. Esta vez se refugió en Lima, Perú, hasta su regreso a Ecuador en 2017.

La semana anterior a su muerte, el candidato había denunciado dos veces amenazas contra él y su equipo de campaña. Estaba bajo protección policial cuando fue asesinado al final de un mitin electoral en el norte de Quito. “A pesar de las nuevas amenazas, continuaremos luchando por las valientes personas de nuestro

A los 59 años, Villavicencio ocupó el segundo lugar en las últimas encuestas del instituto Cedatos para la elección presidencial, con cerca del 13% de los votos detrás de Luisa González (26,6%), amiga íntima de Rafael Correa.

Este centrista se postulaba por primera vez a la presidencia de su país y era uno de los ocho candidatos que se presentaban el 20 de agosto a la primera vuelta de esta elección provocada por la disolución de la Asamblea en mayo, de la mano del presidente Lasso.

Entre otras propuestas de campaña, Fernando Villavicencio quería la construcción de una cárcel de máxima seguridad en la Amazonía. “Mi gobierno será un gobierno con mano dura contra la violencia, pero principalmente atacaremos el desempleo”, prometió recientemente a la prensa.

Originario de la localidad andina de Alausí, en la provincia de Chimborazo (sur), inició una cruzada contra la corrupción en la industria petrolera luego de haber trabajado allí para la empresa nacional Petroecuador. Allí, su misión era pasar por los estudios de impacto del sector. Al final, solo está “produciendo notas contra (su) propia empresa”. Y luego dejar el petróleo de lado para dedicarse al periodismo en los sitios Plan V, Mil Hojas y Periodismo de Investigación.

Apodado «Don Villa» por sus partidarios, había logrado obtener un escaño de diputado en la Asamblea y el cargo de presidente de la Comisión de Hacienda. Contribuyó así a llevar al límite al presidente Lasso, amenazado de destitución por el Parlamento -que finalmente fue disuelto- por un presunto caso de corrupción.

La ofensiva final de Fernando Villavicencio estuvo dirigida contra el exvicepresidente Jorge Glas, exministro de Rafael Correa, y contra Petroecuador, por supuestos contratos ilegales que permitieron la atribución de 21 pozos petroleros a empresas extranjeras.