El gigante energético australiano Woodside intentará este jueves relanzar las negociaciones con sus empleados, para evitar una huelga que preocupa en un mercado mundial, ya debilitado por el conflicto en Ucrania.
Los precios del gas natural licuado (GNL) se dispararon en Europa este miércoles tras el anuncio de una convocatoria de huelga en las plataformas marinas de Woodside en Australia Occidental, que por sí solas suministran más del 10% del suministro mundial de GNL cada mes. El contrato de futuros TTF holandés, considerado el referente europeo del gas natural, se disparó casi un 27% hasta los 39,24 euros por megavatio hora (MWh), poco después de alcanzar un máximo de 43,545 euros por MWh, el máximo en casi dos meses.
Aunque Europa ha reabastecido en gran medida sus existencias de GNL desde el comienzo del conflicto en Ucrania, los mercados temen que la escasez y la fuerte demanda en Asia aumenten la presión sobre los suministros en Europa. Woodside espera evitar la huelga, pero ya ha implementado un plan de contingencia para asegurar sus suministros.
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“Esperamos que no sea necesario activar este plan”, explica el grupo, que quiere retomar las negociaciones para evitar cualquier paro previsto para mediados de agosto. Su competidor estadounidense Chevron también se enfrenta a una amenaza de huelga por parte del personal de sus plataformas marinas en Australia Occidental a instancias del mismo poderoso sindicato, Australian Workers Union (AWU).
Las exportaciones de GNL estimadas en «cientos de millones de dólares» están en riesgo, advirtió el sindicato. “Por lo tanto, lo mejor para todos es volver a lo que la gente hace mejor, proporcionar gas de calidad al mundo”, dijo el portavoz de AWU, Brad Gandy, en un comunicado.
Si las negociaciones fracasan, el sindicato deberá presentar un aviso de siete días antes del inicio del movimiento. El año pasado, Prelude, el vasto complejo flotante de extracción y licuefacción de gas natural controlado por el grupo anglo-holandés Shell, se vio afectado por una huelga de 76 días, que le costó al grupo una pérdida de ingresos de unos 650 millones de dólares.