“Su voracidad y sus acciones son una lacra y un peligro para nuestras ciudades y sus habitantes”, escribe Benoît Payan en las columnas de Le Monde. El alcalde de Marsella (DVG) tiene intención de continuar su lucha contra el alquiler de inmuebles insalubres, del que todavía se benefician hoy en día un gran número de propietarios sin escrúpulos. Según el Instituto Nacional del Consumo, cerca de 450.000 viviendas ocupadas se consideran hoy “indignas”, es decir viviendas que presentan riesgos para la salud o la seguridad de sus ocupantes.

Mientras que a finales de octubre pasado el Ministro Delegado encargado de la Vivienda, Patrice Vergriete, anunció un proyecto de ley destinado a reducir la infravivienda, Benoît Payan se propone a su vez proponer un proyecto de ley que luche contra los señores de los barrios marginales. Esto se basa en tres ejes bien identificados, el primero de los cuales es la creación de un delito de señor de tugurios. Y el alcalde incluso ofrece una definición. “Todo arrendador, de derecho o de hecho, propietario o no, que ponga a disposición de sus ocupantes viviendas indecentes, indignas o no aptas para el alquiler, a cambio de una remuneración o de un servicio, ofreciendo así a sus ocupantes condiciones de vida contrarias a la dignidad humana, debe ser calificado de un señor de barrio pobre”, explica en Le Monde.

El segundo eje del proyecto de ley se refiere a la respuesta penal. Para Benoît Payan, las acusaciones que pesan sobre los propietarios sin escrúpulos deben aumentarse para disuadir la reincidencia: “Hagamos de la vulnerabilidad del ocupante una circunstancia agravante y no un elemento constitutivo del delito. Estas penas deben alcanzar hasta diez años de prisión, una multa de 700.000 euros y una prohibición de adquirir bienes durante treinta años”, escribe. Por último, el alcalde de Marsella propone inscribir a los propietarios de viviendas en un “archivo nacional puesto a disposición de profesionales e instituciones” para que estos ya no puedan adquirir vivienda y evitar que reincidan. “Castiguemos realmente a sus perpetradores, protejamos a los inquilinos que son víctimas de sus acciones”.

Estas propuestas se han reunido en cinco artículos, que el alcalde de Marsella propone incluir en la ley. “Pido al gobierno que apruebe esta ley esencial para resolver conjuntamente la lucha contra los señores de las chabolas y frenar el desarrollo de este peligroso fenómeno que afecta a la dignidad y a la seguridad de los habitantes de nuestras ciudades”, concluye Benoît Payan.