Un bautismo de fuego para el flamante primer ministro. Designado oficialmente por el Presidente de la República a primera hora de la tarde, Gabriel Attal llegó a Paso de Calais, para su primer viaje oficial, poco antes de las 18.00 horas. Tras saludar a las autoridades, incluidos los bomberos, habló durante varios minutos con los vecinos afectados de la localidad de Clairmarais, cerca de la subprefectura de Saint-Omer, que sufrió violentas inundaciones después de una inundación centenaria a principios de año, la segundo en menos de dos meses en el territorio.

El Primer Ministro, conocido por su perspicacia política, quiso tranquilizar a los residentes ociosos, escuchando atentamente los testimonios de todos. “Estamos a vuestro lado”, repitió, animándoles a no “desmoralizarse”. A la gerente de un bar de tabaco obligado a cerrar, le aseguró: “Volveré a tomar un café contigo”, enviándole un gesto de cariño. “Ustedes son la encarnación de esta Francia que trabaja, trabajadora, que madruga”, lanzó Gabriel Attal, con el beneplácito de sus interlocutores. Unas horas antes, durante un discurso en las escaleras del Hôtel de Matignon, dirigió un “pensamiento especial” a las clases medias, celebrando el valor del trabajo.

Las víctimas entrevistadas acogieron con satisfacción la visita del Primer Ministro. “Sentí que estaba muy atento”, argumentó uno de los interlocutores de Gabriel Attal poco después de dejarlo. «Estoy muy contento de que el recién nombrado Primer Ministro haya ido allí para las familias afectadas, para los funcionarios electos», se entusiasmó también en BMTV Fabien Roussel, diputado por el Norte, departamento vecino, y jefe del Partido Comunista Francés.

Después de agradecer calurosamente a la población por haber acudido a su encuentro, el ex Ministro de Educación Nacional se reunió con los responsables electos del territorio, entre ellos el presidente de LR de la región de Altos de Francia, Xavier Bertrand. Él, que ordenó a Emmanuel Macron ir al campo, “al alcance de una bofetada”, según una frase que le gusta, acompañó al nuevo primer ministro durante todo su viaje. Durante sus diversas conversaciones, Gabriel Attal se negó a dirigirse a los numerosos medios de comunicación enviados al lugar.