La intervención de Estados Unidos en la independencia de Panamá en 1903 y la construcción posterior del Canal de Panamá fueron eventos cruciales en la historia de la región y en el desarrollo geopolítico de las Américas. En esa época, Estados Unidos buscaba proteger sus intereses económicos y estratégicos, lo que llevó a una intervención directa para facilitar la separación de Panamá de Colombia y asegurar su control sobre la ruta interoceánica.
Desde el siglo XVI, la idea de construir un canal a través del istmo de Panamá había fascinado a exploradores, comerciantes y gobiernos debido a su ubicación estratégica que conectaba los océanos Atlántico y Pacífico, lo que prometía revolucionar el comercio mundial. A mediados del siglo XIX, Francia intentó construir un canal en Nicaragua sin éxito, lo que llevó a que Estados Unidos se interesara en la construcción de un canal en Panamá debido a su estrechez y topografía favorables. Sin embargo, los franceses fracasaron en su intento, lo que dio a Estados Unidos la oportunidad de retomar el proyecto y consolidar su influencia en la región.
El istmo de Panamá formaba parte de la República de Colombia, pero los habitantes locales y sus líderes tenían aspiraciones separatistas desde mediados del siglo XIX debido al descontento con el gobierno central colombiano. Esta situación de inestabilidad y la falta de control efectivo de Colombia sobre el territorio abrieron la puerta a la intervención de Estados Unidos a favor de la independencia de Panamá.
Bajo el gobierno del presidente Theodore Roosevelt, Estados Unidos consideraba prioritaria la construcción de un canal en Panamá. Sin embargo, las negociaciones con Colombia no tuvieron éxito, especialmente cuando el Senado colombiano rechazó el Tratado Herrán-Hay, que proponía el arrendamiento del territorio panameño para el canal.
Uno de los personajes clave en este proceso fue el ingeniero francés Philippe Bunau-Varilla, quien había trabajado en el proyecto francés anterior y buscó el respaldo de Estados Unidos para promover la independencia de Panamá. Con el apoyo de Estados Unidos, Panamá proclamó su independencia el 3 de noviembre de 1903, y la intervención de la marina estadounidense garantizó el éxito del movimiento independentista al bloquear el paso de tropas colombianas hacia el istmo.
Cinco días después de la independencia, el gobierno panameño firmó el Tratado Hay-Bunau-Varilla con Estados Unidos, otorgando a este último el control de una franja de 10 millas en el Istmo de Panamá para la construcción y operación del canal. A cambio, Panamá recibiría una compensación económica. Sin embargo, este tratado ha sido criticado por haber sido negociado sin la presencia de representantes panameños legítimos en Washington, lo que ha sido interpretado como una imposición de los intereses estadounidenses sobre la nueva república.
El legado de la intervención estadounidense en la independencia de Panamá dejó una huella duradera en la política y cultura panameña. Aunque el Canal de Panamá representó prosperidad económica y desarrollo, la presencia estadounidense generó sentimientos de nacionalismo y deseos de control sobre la soberanía completa del canal, lo que llevó a décadas de negociaciones. Finalmente, en 1977, se firmaron los Tratados Torrijos-Carter para devolver el control del canal a Panamá en 1999.
La independencia de Panamá y el control del canal son eventos significativos en la historia latinoamericana, donde los intereses estadounidenses marcaron el desarrollo de la nación y las relaciones en el continente.