El rublo cayó el jueves a su nivel más bajo en 16 meses, bajo el efecto combinado de un resurgimiento de la inflación en Rusia y la continuación de la fuga de capitales, en un contexto de guerra en Ucrania. La moneda rusa cayó a 94,9875 rublos por dólar, por primera vez desde finales de marzo de 2022, en las primeras semanas de la invasión rusa de Ucrania.

Si teóricamente está autorizado a fluctuar, el rublo “está estrictamente controlado” por las autoridades rusas, recordó Peter Rutland, profesor de la Universidad Wesleyan (Vermont) y especialista en Rusia. Sin embargo, el hecho de que el gobierno ruso lo dejara ir a la deriva atestigua las tensiones dentro de la economía rusa. Si ha sorprendido en gran medida a los analistas al evitar salirse del camino desde el inicio de la aplicación de las sanciones internacionales, esta economía da señales de debilitamiento.

En su informe de política monetaria publicado este lunes, el banco central de Rusia (BCR) indicó que “después de un período de moderación en los últimos meses, la inflación se (había) acelerado” en el país. El ritmo de crecimiento de los precios «supera el 4% a tasa anualizada», continuó, más que el objetivo de largo plazo del BCR, fijado en 4%. Esta renovada tensión se explica, en parte, por el hecho de que el gasto público y el consumo “están creciendo más rápido que la capacidad de expansión de la economía rusa”, según el informe.

Este fenómeno anima a Rusia a volcarse más hacia las importaciones, lo que contribuye a presionar al rublo. El 21 de julio, el BCR elevó su tasa de referencia por primera vez desde febrero de 2022, a 8,5%. Además, a finales de julio, la institución estimó que, desde el inicio del conflicto en Ucrania, las salidas netas de capital (salidas menos entradas de dinero) ascendieron a 253.000 millones de dólares desde el inicio de la guerra.

«El episodio de Wagner fue el último clavo en el ataúd» de Rusia a los ojos de los inversores extranjeros, cree Peter Rutland, en referencia al motín de este grupo paramilitar ruso a finales de junio. “La gran pregunta que todo el mundo se hace es si esto tiene un efecto sobre la capacidad de Rusia para continuar con sus operaciones militares”, explica. «Eso no me parece suficiente para poner fin al conflicto», dijo sobre el deterioro de las condiciones económicas.