Un joven de 20 años fue condenado este jueves en Lille a un año de prisión y otro a seis meses de prisión equipado con un brazalete electrónico por haber participado en la degradación del teatro Le Colisée en Roubaix (Norte) al final de junio durante los disturbios que siguieron a la muerte de Nahel.

Procesado en comparecencia ante el tribunal de Lille, uno fue condenado a 18 meses de prisión, seis de ellos en suspenso, y el segundo a 15 meses de prisión, nueve de ellos en suspenso y el resto bajo pulsera electrónica. Los dos también fueron condenados a 140 horas de servicio comunitario.

Identificadas gracias a videovigilancia y muestras biológicas, estas dos personas habían sido puestas este martes bajo custodia policial y una tercera, menor de edad, remitida este jueves para citación ante el juzgado de menores. El Coliseo de Roubaix, donde se rompieron muchas ventanas la noche del 29 al 30 de junio, se encuentra en el barrio desfavorecido de Epeule. El Ayuntamiento cifra los perjuicios relacionados con estos desperfectos en unos 200.000 euros.

Como parte de la investigación, «cinco o seis de ellos han sido identificados» cuando tenían «entre 40 y 50 la noche de los hechos», dijo durante su alegato Me Mathilde Delwaulle, la abogada de uno de los acusados. “Son ellos los que brindarán por todos”, lamentó. Su cliente juzgó en la audiencia que sus acciones habían sido “ridículas”. «En la base solo quería manifestarme» tras la muerte de Nahel asesinado por un policía en Nanterre el 27 de junio durante un control en la carretera, «pero me llevó el movimiento», justifica el joven también procesado por arrojar un mortero en la dirección de la policía.

Juzgado por su lado, el segundo acusado, acusado en particular de haber arrojado un adoquín a una ventana del teatro, consideró que su comportamiento había sido «totalmente estúpido». «Es el efecto de grupo, me dejé llevar» tras «un sentimiento de injusticia», explicó. El “drama de Nanterre” cuyas “circunstancias merecen ser aclaradas” generó “un revuelo popular y es normal”, afirmó el fiscal durante sus requisas. «¿Pero cuándo degradas tu propio entorno de vida, el de tu familia, el de tus amigos?», preguntó, dirigiéndose a los acusados.