(Teherán) El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, pidió el martes una «alta participación» en las elecciones presidenciales del viernes para sustituir a Ebrahim Raïssi, fallecido en un accidente de helicóptero en mayo.

«Enfatizamos la importancia de una alta participación (en las elecciones), porque es el orgullo de la República Islámica», declaró el ayatolá Jamenei durante un discurso televisado tres días antes de las elecciones.

«Cada vez que la participación del pueblo en las elecciones ha sido baja, los enemigos de la República Islámica nos han culpado», añadió.

Los votantes pueden elegir entre seis candidatos, que fueron seleccionados por el Consejo de Guardianes de la Constitución, un organismo no electo dominado por conservadores, entre 80 personas que presentaron su candidatura.

Tres de ellos se presentan como favoritos: el presidente conservador del Parlamento, Mohammad-Bagher Ghalibaf, el ex negociador nuclear ultraconservador Saïd Jalili y el diputado reformista Massoud Pezeshkian.

Durante las últimas elecciones presidenciales, en 2021, el gobierno invalidó a muchos reformistas y moderados, lo que permitió a Ebrahim Raïssi, el candidato del campo conservador, ser elegido fácilmente y suceder al presidente moderado Hassan Rouhani.

La participación alcanzó sólo el 49%, la tasa más baja para una elección presidencial desde la Revolución Islámica de 1979.

El ex presidente reformista Mohammad Khatami (1997 a 2005) anunció el martes que votaría el viernes y convocó a votar por Pezeshkian.  

«No voté en las elecciones anteriores y estuve de acuerdo con la mayoría en que no había oídos para escuchar su voz ni manos para resolver sus problemas», afirmó en un mensaje en vídeo difundido por el diario reformista Etemad.  

Pero «hay ahora una oportunidad que, espero, permitirá hacer oír la voz de la mayoría», añadió, calificando al candidato reformista como «honesto, justo, popular, en busca de justicia y anticorrupción».

En su discurso, Jamenei criticó, sin dar nombres, a “algunos políticos” en Irán que “piensan que todos los caminos hacia el progreso pasan por Estados Unidos”, el país que Irán considera su enemigo.

Pezeshkian pidió mejorar las relaciones con Washington para levantar las duras sanciones impuestas por los Estados Unidos que pesan mucho sobre la economía iraní.

Las elecciones presidenciales iraníes son objeto de un estrecho escrutinio en la escena internacional, mientras que Teherán es un actor importante en Medio Oriente, en un contexto de guerra en Gaza y preocupaciones sobre su programa nuclear.