Le Fígaro Nantes
Más miedo que daño. En el aeropuerto de Nantes Atlántico, un pequeño avión monomotor causó un gran susto a los agentes de rampa y al personal de la torre de control el 6 de marzo. Ante sus ojos atónitos, el modesto vehículo propulsado por hélice salió a la pista en dirección a las pistas de la plataforma. Nada sorprendente, a priori, para un avión a punto de partir. Salvo un pequeño detalle: en ese preciso momento, el piloto de la aeronave no se encontraba a bordo.
En pocos minutos, el avión, un Robin DR400 popular entre la aviación recreativa, pudo finalmente detenerse a unas decenas de metros de la pista, sin causar víctimas ni el más mínimo daño material. Sin embargo, el incidente fue objeto de un informe del piloto, quien aparentemente admitió su responsabilidad. La Oficina de Investigación y Análisis (BEA) a su vez se hizo cargo del episodio. La BEA ha abierto una investigación sobre un “incidente grave”, según confirma a Le Figaro la autoridad francesa especializada en aviación civil.
Según informan nuestros compañeros de France Bleu, citando un informe de la BEA, el incidente comenzó cuando el piloto, miembro del aeroclub Loire-Atlantique, acababa de salir de su cabina para girar manualmente las hélices del avión. Durante el incidente también se encontraba un pasajero a bordo de la aeronave. El informe final sobre este incidente no se espera hasta dentro de varios meses.