Rusia anunció este martes que sus exportaciones de petróleo a India se habían multiplicado por 22 en 2022, una señal de la reorientación de su economía hacia los gigantes del continente asiático en medio del conflicto en Ucrania.
“La mayor parte de nuestros recursos energéticos han sido redirigidos a otros mercados, los mercados de países amigos. Si tomamos, por ejemplo, las entregas de petróleo a India, se multiplicaron por 22 el año pasado”, declaró el viceprimer ministro ruso encargado de Energía, Alexandre Novak, sin dar cifras. “Los envíos a la República Popular China y otros mercados también han aumentado. Este es el resultado del excelente trabajo realizado por toda la industria petrolera”, agregó Alexander Novak, citado por las agencias de prensa rusas.
Apuntada a fuertes sanciones económicas occidentales y embargos sobre sus hidrocarburos debido a su ofensiva contra Ucrania, Rusia está tratando de redirigir sus exportaciones de petróleo y gas a otros países, particularmente en Asia. India y China, grandes consumidores de energía, están a la cabeza de los países con los que Moscú cuenta para compensar los contratos perdidos en Europa.
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Durante una cumbre celebrada la semana pasada en Moscú con el presidente chino, Xi Jinping, el líder ruso, Vladimir Putin, aseguró que se había llegado a un acuerdo para la construcción del gigantesco gasoducto Siberian Force 2, con una capacidad de 50.000 millones de m3 anuales y que deberá conectar Siberia a China Xinjiang (noroeste). Pero si Alexander Novak y todos los líderes rusos quieren mostrarse entusiastas, la realidad es más mixta.
Si bien estos nuevos puntos de venta han permitido a Rusia compensar parcialmente la pérdida de mercados en Europa, su dependencia de los pesos pesados asiáticos permite que China e India negocien precios más bajos. En el cuarto trimestre de 2022, China, India y Turquía representaron dos tercios de las exportaciones de crudo ruso, según economistas de la Asociación de los principales bancos e instituciones financieras mundiales (IIF).
De ahí los denodados esfuerzos de Rusia por ampliar sus horizontes: el martes, Alexander Novak subrayó así la urgencia de llegar a «los nuevos mercados ubicados en Asia-Pacífico, América Latina, Asia Central», citando incluso «el ‘Ártico». Para ello, es necesario “tocar el hierro en caliente” estableciendo “cadenas de suministro, con la formación ininterrumpida de una flota de petroleros y la creación de instrumentos de pago”, ha añadido Alexander Novak.