En el Estadio de Francia

Él fue esperado. Él no vino. Bueno en realidad no. Contrariamente a la costumbre, Emmanuel Macron no acudió a saludar a los dos equipos sobre el césped del Stade de France antes de la final de la Copa de Francia entre FC Nantes y Toulouse FC. Fue en el túnel, a la salida de los vestuarios, que el Presidente de la República -acompañado por el de la FFF Philippe Diallo- fue presentado con las dos escuadras a 15 minutos del saque inicial, primero la de Toulouse, luego la Canarias, titulares del título. Una medida que permitió a Macron evitar la probable bronca de un Stade de France abarrotado.

A poco menos de un cuarto de hora del inicio del partido, los dos equipos ingresaron al terreno de juego, los 22 jugadores, así como el cuerpo arbitral, luego se reunieron para la foto previa del partido.

Las tarjetas rojas distribuidas masivamente durante toda la tarde por los representantes de la CGT, así como los silbatos, finalmente no fueron utilizadas en esta previa. Solo debe posponerse. Efectivamente, no era la única movilización prevista durante esta velada dentro del Stade de France. El jefe de Estado debería volver a estar en el centro del debate poco después del descanso, tras 49 minutos y tres segundos de juego exactamente. Se espera que un abucheo de la ciudadanía signifique el “no” del pueblo a la reforma de las pensiones, impuesta por el Gobierno que ha recurrido, una vez más, a la 49.3. Una situación similar ya se había dado durante el Francia-Holanda del 24 de marzo, último partido de fútbol disputado en el Stade de France.