Es un estudio amplio que muestra la tectónica de las placas políticas. Mientras que RN, con sus 88 diputados, se destacó en los últimos meses con una estrategia de notabilidad en la Asamblea Nacional, La Francia Insumisa se alineó detrás de trucos mediáticos, multiplicando invectivas y provocaciones en el seno del propio hemiciclo. Consecuencia: el partido presidido por Jordan Bardella gana puntos en las encuestas, el partido dirigido por Manuel Bompard pierde credibilidad. Como lo demuestra un amplio estudio de Ipsos-Sopra Steria para Le Monde, realizado hace más de un mes, mucho antes de la agresión de Hamás contra Israel.
En esta encuesta sobre las “fracturas francesas” publicada este martes, el 57% de los franceses cree que el LFI es un partido peligroso para la democracia. Una tasa que cae al 52% cuando se trata de la enfermera registrada. Prueba de que la demonización funciona es que el partido de Marine Le Pen ha visto mejorar su imagen entre los encuestados a lo largo de los años. El 61% de los franceses lo vio como un peligro para la democracia. Fueron solo el 56% en 2021 y el 54% en 2022.
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Desde esta misma perspectiva, el 44% de los franceses perciben la Agrupación Nacional como un movimiento capaz de gobernar el país. Un aumento de 12 puntos respecto a 2020. Como si se tratara de un efecto espejo, la imagen de La France insoumise se está deteriorando ante la opinión pública. En concreto, el 60% de los franceses describe al LFI como un partido “que alimenta la violencia”. En pocos años, la “figura del mal” se ha invertido entre los franceses, pasando del RN al LFI. El aislamiento del partido melenconista dentro de la clase política, la izquierda e incluso los nupes, con respecto al conflicto en Medio Oriente, no debería ayudar.