«¡Estoy en un sueño, Brasil es el primer equipo del ranking Fifa, país de fútbol, ​​y en pleno Ramadán!», exclamó el técnico marroquí Walid Regragui, durante la rueda de prensa posterior al partido. “Pero el camino es largo, no hay que prenderse fuego” para alcanzar nuevas alturas, advirtió de inmediato. Los Atlas Lions abrieron el marcador por mediación de Sofiane Boufal (29º) con un pívot a pase decisivo del joven Bilal El Khannous, titular por segunda vez en la selección. Tres minutos antes había marcado Vinícius Jr., pero su gol fue anulado por fuera de juego, tras una peligrosa salida del portero marroquí Yassine Bounou. La ventaja se borró en el 67 con un disparo inofensivo de Casemiro que se le escapó a Bounou, decididamente no en la fiesta de la noche de Tánger.

Dominante ante una desordenada Seleçao, Marruecos recuperó la ventaja a diez minutos del final gracias a una volea bajo el larguero de Abdelhamid Sabiri. Es la primera vez que Marruecos sale victorioso de un enfrentamiento con Brasil tras dos derrotas en 1997 (2-0) y un año después (3-0) en la fase de grupos del Mundial de Francia-98.

Para esta recuperación internacional, Walid Regragui se apoyó en el marco que enarboló a Marruecos a las semifinales del Mundial, con Achraf Hakimi, sustituido en el inicio de la 2ª parte, Hakim Ziyech, Azzedine Ounahi, Noussair Mazraoui y Sofyan Amrabat. Enfrente, la Seleçao, mermada, tuvo que lidiar con los bultos de Neymar, Marquinhos y Richarlison.

Los cinco veces campeones del mundo aún no han nombrado al sucesor de Tite como entrenador, el interino lo proporciona Ramón Menezes, el entrenador sub-20. El partido se jugó con entradas agotadas en el Grand Stade de Tanger, en un ambiente emocionante, una marea roja y verde de 65.000 seguidores empujando a los Lions hasta el pitido final. Antes del inicio, un minuto de aplausos saludó la memoria de Pelé, quien falleció en diciembre a los 82 años. La selección marroquí jugará un segundo partido amistoso contra Perú el 28 de marzo en Madrid.

Había firmado un curso excepcional el pasado mes de diciembre en Qatar al convertirse en la primera selección africana y árabe en llegar a semifinales de un Mundial.

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