El jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, llegó el martes a Japón, donde debe presentar una evaluación del plan de Japón para descargar parte del agua de la planta de energía nuclear de Fukushima en el océano. El diplomático se reunirá el martes en Tokio con el primer ministro japonés, Fumio Kishida, y con el jefe de la diplomacia japonesa, Yoshimasa Hayashi, antes de acudir el miércoles a Fukushima (noreste) para visitar la planta devastada por el triple desastre terremoto-tsunami-accidente nuclear del 11 de marzo. , 2011.

El tsunami provocó la fusión de tres reactores, el peor desastre de la posguerra en Japón y el peor accidente nuclear desde Chernóbil en Ucrania. Este accidente provocó fugas radiactivas que obligaron a decenas de miles de residentes de los alrededores a evacuar urgentemente sus hogares, a menudo de forma permanente.

Se espera que el trabajo para descontaminar y desmantelar la planta tome varias décadas más, pero Japón enfrenta el problema inmediato de almacenar alrededor de 1,33 millones de toneladas de agua de lluvia, aguas subterráneas o inyecciones necesarias para enfriar los núcleos de los reactores nucleares en el sitio de la planta, que pronto alcanzará la saturación.

El gobierno japonés planea verter esta agua en el océano después de tratarla a través de un sistema de descontaminación que elimina los elementos radiactivos, excepto el tritio, y la diluye. El proyecto ya ha sido aprobado por la OIEA, pero el gobierno japonés ha dicho que el rechazo solo comenzará después de una «revisión integral», cuyos resultados Rafael Grossi debe presentar el martes. «La revisión por parte del OIEA, que es la autoridad autorizada en la gestión y aplicación de las normas de seguridad nuclear, es esencial para nuestros esfuerzos por fomentar el entendimiento internacional», dijo el martes el portavoz del gobierno, Hirokazu Matsuno.

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Pero esta extremadamente controvertida liberación es fuertemente criticada por Pekín, mientras que en Corea del Sur el precio de la sal ha subido en medio de temores de contaminación tras la liberación al océano de agua procedente de Fukushima. Las comunidades pesqueras de Fukushima también están preocupadas por los clientes que boicotean sus capturas, a pesar de los estrictos protocolos de prueba para los alimentos provenientes de la región.

Japón dijo que el lanzamiento comenzaría este verano, sin dar más detalles, y Hirokazu Matsuno dijo que la línea de tiempo aún se mantiene. “Explicaremos y comunicaremos detalladamente, tanto a nivel nacional como internacional, los detalles del informe del OIEA, nuestros esfuerzos para garantizar la seguridad y las medidas contra el daño a la reputación”, agregó.