Getir France, una subsidiaria del gigante turco de entrega rápida de compras a domicilio, solicitó el jueves al Tribunal Comercial de París su suspensión de pagos, anunció la compañía en un comunicado de prensa. “Los motivos que han llevado a Getir a tomar esta decisión son específicos de Francia”, ha precisado, invocando “la evolución de la normativa” que crea “complejidades adicionales”.

A finales de 2022, Getir había adquirido Gorilas, que a su vez había adquirido Frichti, por lo que las tres entidades en Francia quedarán “bajo el control y la protección del tribunal comercial de París”, aclaró Getir. Este procedimiento «no afectará a los clientes ya que podrán seguir utilizando los servicios de Getir con normalidad», asegura la compañía que afirma que su «objetivo (…) con este procedimiento es crear un modelo sostenible a largo plazo en Francia».

“Estamos sorprendidos pero no preocupados”, dijo a la AFP Johann Tchissambou, representante sindical de la CFDT en Getir, y agregó que esta empresa tiene 900 empleados en Francia, Gorillas, 500 y Frichti, 400. Había algo raro, con los almacenes en pausa”. , reaccionó por su parte Ludovic Rioux, por la federación Transportes CGT. “Potencialmente, habrá una pérdida de empleos”, se preocupa. Getir está presente en 9 países (Turquía, Alemania, Reino Unido, Países Bajos, Estados Unidos, Italia, Portugal, España y Francia) y en 7 ciudades francesas (París, Lille, Lyon, Marsella, Aix-en-Provence, Montpellier, Grenoble ).

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El pasado mes de marzo, el Gobierno abrió el camino para que los ayuntamientos regularan el establecimiento de “tiendas oscuras”, estos locales donde plataformas, como Getir, almacenan productos para su envío a domicilio. Ahora considerados almacenes y no tiendas, pueden verse obligados a cerrar si el plan urbanístico local (PLU) prohíbe este tipo de actividad en su domicilio.

El “comercio rápido”, surgido gracias a los confinamientos y la epidemia de Covid-19 desde 2020, ofrece la entrega de productos cotidianos en pocos minutos, similares a los que se venden en una tienda de conveniencia. Pero esta actividad es criticada por muchos funcionarios electos en todo el mundo que denuncian la llegada desordenada de «ciudades almacén», molestias para los residentes locales, incluso el desarrollo de la «economía perezosa».