El socialdemócrata Bernardo Arévalo, elegido en agosto con la promesa de luchar contra la corrupción, tomó posesión la noche del domingo al lunes 15 de enero como nuevo presidente de Guatemala, tras meses de incertidumbre y tensiones hasta el último minuto.

La ceremonia se celebró con más de nueve horas de retraso debido a los largos debates en el Parlamento antes de la inauguración, a la que asistieron líderes latinoamericanos, representantes de la Unión Europea y Estados Unidos. Con la mano izquierda sobre la Constitución y el brazo derecho en alto, Bernardo Arévalo, de 65 años, juró servir a Guatemala ante los vítores del público, en el Teatro Nacional de Guatemala.

Los diputados aliados del presidente saliente Alejandro Giammattei consiguieron primero que los 23 diputados del partido Semilla de Bernardo Arévalo fueran registrados como independientes, después de que la fiscalía suspendiera temporalmente a Semilla por presunto fraude durante su creación en 2017.

“Están tratando de violar la democracia con nimiedades y abuso de poder”, denunció Bernardo Arévalo en la red social X, temiendo que se posponga su toma de posesión. “Los parlamentarios tienen la responsabilidad de respetar la voluntad del pueblo expresada en las urnas. El pueblo guatemalteco y la comunidad internacional nos están mirando”, añadió. Afuera del Parlamento, cientos de partidarios de Bernardo Arévalo forzaron controles de carretera para acercarse al edificio, pero sin enfrentamientos con la policía, constató la AFP.

Una declaración conjunta de las delegaciones de los países presentes en la inauguración llamó incluso “al Parlamento a cumplir con su mandato constitucional de entregar el poder como exige la Constitución”. “El pueblo guatemalteco expresó su voluntad democrática en elecciones justas, libres y transparentes, aprobadas por la comunidad internacional a través de sus misiones de observación electoral. Esta voluntad debe ser respetada”, indica el texto firmado por la UE, la Organización de Estados Americanos (OEA) y varios gobiernos latinoamericanos.

En el juego de alianzas, la nueva Asamblea eligió al diputado semillero Samuel Pérez, de 31 años, nuevo presidente del Parlamento unicameral. Una victoria contundente para el campo de Arévalo. Desde su sorpresiva victoria, el ex diplomático y sociólogo de 65 años se ha enfrentado a numerosos obstáculos en el país, que ocupa el puesto 150 entre 180 en el ranking de la asociación anticorrupción Transparencia Internacional.

La fiscalía ha aumentado el número de recursos judiciales (cancelación de elecciones, suspensión de su partido político, levantamiento de su inmunidad electa) denunciados rotundamente por Estados Unidos, la UE, la ONU y/o la OEA. Bernardo Arévalo ha denunciado constantemente un “golpe de Estado lento” para frustrar los resultados de las urnas.