Se han solicitado penas que oscilan entre dos y seis años de prisión contra siete simpatizantes de ultraizquierda juzgados desde el 3 de octubre ante el Tribunal Penal de París por conspiración terrorista.

La peine la plus lourde, de six ans de prison ferme, a été requise contre Florian D., principal prévenu du dossier, accusé d’avoir «agrégé» autour de lui cinq autres hommes et une femme pour préparer une action violente contre des forces del órden. Todos cuestionan las acusaciones.

También se solicitó contra todos los acusados ​​la prohibición de portar armas durante diez años y, para algunos, una multa de 1.500 euros.

“Este expediente es sobre todo el de Florian D.”, dijo uno de los dos representantes de la Fiscalía Nacional Antiterrorista durante sus requisas. “Se trata menos de un grupo que de un hombre radicalizado que unió a sus camaradas”.

«Sus acciones forman parte de una continuidad y de una lógica: se está preparando para la lucha armada, para preparar una acción violenta contra la policía», afirmó el otro representante del fiscal, insistiendo en que fue él quien «llevó» la proyecto terrorista, al que luego se sumaron los demás. Sin embargo, según los jueces de instrucción antiterroristas no se preveía ninguna medida inminente.

Durante casi cinco horas, los dos fiscales volvieron a la “adición de elementos materiales probatorios” del expediente, que sólo puede leerse “en su conjunto”.

En el origen del expediente, un informe de inteligencia interna sobre un plan de acción violento fomentado por activistas de ultraizquierda, y en particular por Florian D., un activista libertario que ahora tiene 39 años, que luchó en 2017 con los kurdos de las Unidades de Protección Popular ( YPG) en Rojava (noreste de Siria) contra el grupo yihadista Estado Islámico.

Después de varios meses de vigilancia y escucha, los sospechosos fueron detenidos el 8 de diciembre de 2020 en varios lugares de Francia y luego acusados. Durante los registros, la policía encontró productos utilizados para fabricar explosivos y armas.

Los acusados ​​son sospechosos de haber realizado “progresiones tácticas y entrenamiento de tiro” y de haber fabricado y probado explosivos con vistas a atacar a agentes de policía o soldados.

Durante los debates, cuestionaron estas acusaciones. Los acusados ​​reconocieron haber probado explosivos y haber jugado algunas partidas de airsoft y relataron sesiones “divertidas” realizadas especialmente durante el encierro, sin ninguna intención maliciosa detrás.