El juicio de apelación de los herederos de la familia de marchantes de arte Wildenstein, sospechosos de un colosal fraude fiscal, comenzó el lunes en París. Esta es la tercera vez que Guy Wildenstein, de 77 años, su sobrino Alec junior, de 43 años, y su ex cuñada Liouba Stoupakova, de 50 años, además de dos abogados, un notario y dos gestores de fondos , han sido llamados a comparecer ante la justicia francesa.

Todos los acusados ​​estuvieron presentes el lunes en la primera audiencia del Tribunal de Apelación, dedicada principalmente a cuestiones procesales, a excepción de Alec Junior, ausente por “razones médicas”. Desde 2014, las autoridades fiscales francesas exigen un total de 550 millones de euros a los herederos de esta familia de marchantes de arte de fama mundial por haber ocultado su fabulosa fortuna en fideicomisos durante las distintas sucesiones.

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El tribunal los absolvió en 2017, decisión confirmada ante el tribunal de apelación en 2018. Pero el Tribunal de Casación finalmente ordenó que se celebrara un nuevo juicio. Se les acusa de haber ocultado, tras la muerte de Daniel Wildenstein en 2001 y de su hijo Alec padre en 2008, la mayor parte de un patrimonio valorado en varios miles de millones de euros: un suntuoso rancho en Kenia, cuadros de Bonnard, Fragonard o Caravaggio, caballos de carreras. , galerías de arte… Estos activos se depositaron en “trusts”, sociedades de derecho anglosajón que albergan activos confiados por su propietario a una persona de confianza, el “trustee”.

La cuestión es si los Wildenstein realmente habían dispuesto de sus bienes a través de estas estructuras: en ese caso, no tenían que declararlos. Por el contrario, si hubieran podido disponer de él, habrían tenido que pagar el impuesto de sucesiones sobre todo el patrimonio. Este tercer ensayo intentará analizar el funcionamiento preciso del “Sons Trust”, el “David Trust”, el “Delta Trust”, el “Sylvia Trust”…

La presidenta del tribunal de apelación, Sophie Clément, está acostumbrada a casos complejos. Fue ella quien presidió el juicio por “escuchas telefónicas” en el que Nicolas Sarkozy fue condenado a tres años de prisión, uno de los cuales fue suspendido. La abogada general, Mónica D’Onofrio, ya representó a la fiscalía durante el primer juicio. En paralelo, todavía están en curso varios procedimientos civiles relacionados con los importantes ajustes fiscales destinados a los herederos. El juicio finalizará el 4 de octubre y la decisión del tribunal de apelación será reservada.