El lanzamiento del primer vuelo tripulado de la cápsula Boeing Starliner a la Estación Espacial Internacional (EEI) debería tener lugar en julio, tras múltiples aplazamientos, anunciaron este miércoles el gigante aeronáutico estadounidense y la NASA. No se espera que la misión CST-100 Starliner continúe hasta el 21 de julio, dijeron funcionarios de ambas entidades.
“Discutimos y decidimos que el mejor intento de lanzamiento no sería hasta el 21 de julio” para el vuelo de prueba tripulado, dijo a los periodistas Steve Stich, gerente del programa comercial tripulado de la NASA. La agencia espacial americana quiere montar un segundo medio de transporte a la ISS para sus astronautas, con la cápsula SpaceX ya en servicio.
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Pero Boeing sufrió una serie de contratiempos que retrasaron significativamente su programa, incluido un vuelo de prueba fallido en 2019. La compañía finalmente logró en mayo de 2022 llegar a la ISS por primera vez, sin tripulación a bordo. Boeing esperaba entonces poder realizar su primer vuelo tripulado en 2022, antes de que se pospusiera por primera vez a febrero de 2023 y luego a abril.
«Confiamos bastante en esa fecha» del 21 de julio, dijo Mark Nappi, gerente del programa Starliner en Boeing. Según Steve Stich, se necesita más tiempo para certificar el sistema de paracaídas diseñado para llevar de manera segura a los astronautas y la cápsula a la Tierra. En mayo se realizará una prueba en tierra de los paracaídas. La cápsula Starliner llevará a dos astronautas de la NASA, Barry Wilmore y Sunita Williams, a la ISS, donde se espera que permanezcan al menos ocho días. El lanzamiento se realizará utilizando un cohete Atlas V (fabricado por el consorcio United Launch Alliance) desde Cabo Cañaveral en Florida.
Si la misión tiene éxito, la cápsula de Boeing finalmente podrá certificarse y comenzar sus vuelos operativos, en una fecha aún por determinar. La NASA firmó contratos de precio fijo con SpaceX ($ 2,6 mil millones) y Boeing ($ 4,2 mil millones) en 2014. Al usar dos compañías, quiere diversificar sus opciones, para nunca más correr el riesgo de quedarse sin medios de transporte estadounidenses, como después el cierre de los transbordadores espaciales en 2011. Hasta SpaceX, la NASA se vio reducida a pagar lugares en los cohetes rusos Soyuz. La compañía de Elon Musk, todavía nueva en la industria aeroespacial en comparación con Boeing, ya ha transportado a 18 astronautas a la ISS con su propia cápsula, Dragon, así como a cuatro pasajeros privados, durante una misión de turismo espacial.