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El Puente de las Américas de Panamá es una estructura icónica que representa una conexión vital entre el continente norteamericano y suramericano. Su historia fascinante está intrínsecamente ligada al desarrollo del país y al comercio global, siendo una de las obras de ingeniería más importantes del mundo al cruzar el famoso Canal de Panamá.

Inaugurado el viernes 12 de octubre de 1962, el Puente de las Américas marcó un hito en las relaciones entre Panamá y la Zona del Canal, conectando nuevamente a las provincias de Panamá y Colón con el resto del país. La construcción de esta majestuosa estructura inició oficialmente en 1958, como parte de los acuerdos del tratado Remón-Eisenhower firmado en 1955, con una asignación de $20 millones aprobada por el Congreso estadounidense.

La ceremonia de inauguración contó con la presencia de autoridades panameñas y zoneítas, así como de invitados especiales, que disfrutaron de un programa que incluyó bandas musicales, discursos y un espectáculo aéreo. Sin embargo, la polémica surgió debido al nombre del puente, que las autoridades estadounidenses decidieron llamar «Thatcher Ferry Bridge» en honor a Maurice Thatcher, desatando tensiones con los panameños que preferían el nombre «Puente de las Américas».

Ante las manifestaciones nacionalistas y el sentimiento antiestadounidense, la situación se intensificó días antes de la inauguración. Los panameños presionaron para cambiar oficialmente el nombre del puente a «Puente de las Américas», lo que generó una gran concentración de manifestantes que interrumpieron la ceremonia inaugural con consignas y pancartas en favor del nuevo nombre.

A pesar de las tensiones, el Puente de las Américas se convirtió en una realidad que simbolizaba la unidad y conexión entre las dos Américas. Con una longitud total de 1.654 metros y un tramo principal de 344 metros, esta imponente estructura se eleva a 61 metros sobre el nivel del mar, permitiendo el paso de grandes barcos por el Canal de Panamá. Fue considerado una obra de ingeniería monumental capaz de soportar el creciente tráfico vehicular y comercial.

El puente se convirtió en un símbolo de identidad para los panameños, representando su independencia y capacidad para gestionar esta crucial vía de tránsito mundial. Aunque construido durante la época de control estadounidense sobre la Zona del Canal, con la devolución del Canal a Panamá en 1999, el Puente de las Américas adquirió un significado aún más profundo como parte de la historia y la identidad del país.

En la actualidad, el Puente de las Américas es una de las imágenes más reconocibles de Panamá, utilizada en postales y materiales turísticos para destacar su importancia como una pieza esencial de la infraestructura panameña y como un símbolo de unidad y conexión entre continentes.