La radio pública estadounidense NPR se convirtió el miércoles en el primer medio de comunicación importante en abandonar Twitter en protesta por las nuevas políticas de la red, el día en que su jefe, Elon Musk, admitió «errores» desde su llegada.
Conocida y respetada en Estados Unidos, donde cuenta con 46 millones de oyentes y lectores por semana en sus estaciones, podcasts y sitios web, National Public Radio ha anunciado que sus «cuentas (…) dejarán de estar activas en Twitter», acusando la red de tomar medidas que “socavan nuestra credibilidad”.
En cuestión ? La decisión de Twitter la semana pasada de etiquetar a NPR, que afirma su independencia editorial, como «medios afiliados al estado de EE. UU.», una etiqueta que lo pone al mismo nivel que los medios rusos como Russia Today (RT) o Sputnik.
En un principio, Elon Musk, que muestra de buen grado su desprecio por los medios, había asumido un cambio «justo». Entonces Twitter dio un paso atrás, adoptando para la NPR y para la BBC británica, que se quejó al respecto, la etiqueta de “medios financiados con fondos gubernamentales”.
Todavía falso según NPR, que asegura que menos del 1% de su presupuesto operativo proviene de fuentes federales, sus fondos provienen principalmente de publicidad, patrocinio y contribuciones financieras de sus radios miembros. Preguntada por AFP, una portavoz de NPR dijo que los periodistas y sus estaciones miembros «pueden decidir por su parte si quieren permanecer en la plataforma». La estación de radio estadounidense, cuya cuenta principal en Twitter tenía el miércoles 8,8 millones de suscriptores, animó a sus oyentes a seguirla en otras plataformas de redes sociales.
Esta salida de Twitter, la primera de un gran medio, se produce en el contexto del establecimiento de una nueva polémica política de certificación, otorgando la red a partir del 20 de abril su famosa marca azul a quienes paguen por aprovecharla. A principios de abril retiró esta marca de la cuenta principal del New York Times (55 millones de suscriptores), en otro gesto de desafío hacia un medio respetado pero considerado demasiado de izquierda por algunos de los conservadores.
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Solicitado por AFP, el servicio de prensa de Twitter devolvió, como ya es costumbre, un emoticón en forma de excremento. En una sorpresiva entrevista con la BBC el miércoles, Elon Musk admitió «muchos errores» seis meses después de comprar la empresa por 44.000 millones de dólares, al tiempo que aseguró que la empresa iba ahora «en la dirección correcta».
En particular, admitió que la etiqueta de la BBC se cambiaría por la de «financiado por fondos públicos» (y ya no por el de «gobierno»). Desde que compró el pájaro azul, Elon Musk ha relajado la moderación de contenidos en la red, dejando atrás a muchos usuarios baneados por mensajes de odio o cayendo en la desinformación. También despidió con creces, reduciendo la plantilla del grupo de 7.500 a menos de 2.000 empleados.
Según la firma especializada Insider Intelligence, se espera que los ingresos de Twitter se desplomen en casi un tercio en 2023, a menos de 3.000 millones de dólares, frente a los 4.140 millones de 2022, debido en particular a la caída de los ingresos publicitarios. En la BBC, Elon Musk aseguró, por el contrario, que la compañía vio regresar a los anunciantes y estaba “más o menos en el punto de equilibrio”. Por cierto, indicó que había respetado los resultados de una encuesta en la plataforma que exigía su salida, pues ahora el nuevo CEO de Twitter es su perro Floki.