El Nápoles ganó el miércoles por la noche al Sporting Braga (2-1), pero el actual campeón italiano tuvo dificultades para confirmar su condición de favorito de este cartel, durante la primera jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones.
Los jugadores de la selección italiana, dirigidos por el técnico francés Rudi García, se mostraron ofensivos, pero a pesar de las repetidas incursiones en el área de Braga, les costó lograr el éxito. Los portugueses hicieron sonar las alarmas en la defensa napolitana desde los primeros minutos, gracias a un disparo de Ricardo Horta que acabó desviado.
Luego, los napolitanos desaprovecharon una oportunidad de marcar cuando, en el minuto 34, el árbitro pitó penalti para el Nápoles, tras una falta de Niakaté sobre Osimhen, antes de anularlo finalmente. Los italianos tuvieron que esperar hasta el final del primer tiempo. Fue el capitán del equipo, Giovanni Di Lorenzo, quien abrió el marcador (45 1) con un potente disparo.
En la segunda parte, el Nápoles busca a toda costa el segundo gol, pero el equipo está pasando apuros. Los portugueses lo aprovechan. A pocos minutos del final del partido, el delantero Armindo Bruma empató (84º) y puso en pie a unos 20.000 espectadores en el estadio municipal de Braga. Unos minutos más tarde, el Nápoles amplió distancias gracias a un gol en propia puerta del central maliense del Braga, Sikou Niakaté.
El Nápoles, que atraviesa una crisis de confianza y se queda a cinco puntos del líder, el Inter, después de sólo cuatro jornadas, intentó el miércoles por la noche demostrar su superioridad. Pero los hombres de García encontraron ante ellos un equipo motivado, regresando a la Liga de Campeones después de once años de ausencia.
Una presencia posible gracias a su trayectoria en el campeonato la temporada pasada, donde el equipo Minho terminó en tercer lugar, lo que le permitió asegurarse una plaza para la clasificación.