Demasiado disminuido, el Brest no supo encontrar la culpa ante el Nantes, que salió del Finistère con un 0-0 que le satisfizo más que su adversario, el sábado, en la 32ª jornada de la Ligue 1.
Los bretones (3º) tendrán que esperar el lunes al resultado del partido entre su perseguidor Lille y el Lyon, uno de los equipos en buen momento de forma, para valorar realmente el valor de este punto.
Con 57 unidades, Brest ve escapar al Mónaco (61 puntos) y al 2.º puesto, pero con dos pasos por delante de los norteños (55 pts), estos últimos tendrán que vencer al OL para desbancarlos del 3.º puesto. Para el Nantes, en cambio, tras las derrotas de los tres últimos, Clermont, Lorient y Metz, este empate aleja un poco el fantasma del descenso.
Decimocuarto con 33 puntos, tiene cuatro más que el Metz (16º), play-off y el único equipo que aún puede alcanzarles, aunque, con la recepción del Lille, luego un viaje a Mónaco, al final de la temporada. promete ser muy arduo. Los hombres de Antoine Kombouaré, organizados esta vez en 5-3-2, han conseguido, en cualquier caso, lo que buscaban.
Combativos y disciplinados en defensa, supieron responder inteligentemente al desafío atlético propuesto por Brest, aunque también aprovecharon el reducido potencial ofensivo de los bretones. Privados de su entrenador Eric Roy, relegado a la grada por haber recibido demasiadas tarjetas amarillas, los finisterianos también perdieron a sus dos principales jugadores en el primer tiempo.
Incierto durante toda la semana, luchando con una pantorrilla, pero finalmente recuperado, Pierre Lees-Melou abandonó su equipo en el minuto 28, seguido 13 minutos más tarde por el extremo Romain Del Castillo, también lesionado en la pantorrilla. Dos ausencias que, de continuar el próximo viernes para recibir al Reims o en Toulouse, para la última jornada, podrían perjudicar al club en su búsqueda del podio, sobre todo porque el lateral izquierdo Bradley Locko estará suspendido por 34ª jornada.
Locko también fue el jugador rojo que tuvo la mejor oportunidad con un muy buen disparo desde 20 metros, pero Alban Lafont rechazó con criterio (9º). Kombouaré también había pedido a sus jugadores que fueran “valientes” con el balón y si algún equipo podía haber ganado en Francis-Le-Blé, ese era el Nantes.
Mathis Abline, que había marcado goles valiosos al llegar al banquillo canaco, que le revivió, esta vez desaprovechó dos grandes oportunidades. En el minuto 40, al final de un ataque solitario en el que había eliminado a tres defensores contrarios, en la izquierda del área, curiosamente prefirió el exterior del pie derecho en lugar del izquierdo para empujar el balón, fallando por poco.
Dos minutos más tarde, incluso logró driblar a Marco Bizot, esta vez por la derecha, pero cuando tenía la portería abierta envió el balón al cielo de Finistère. Nuevamente en la segunda mitad, el Nantes tuvo la mejor oportunidad con un centro en fuga de Mostafa Mohamed, que había entrado poco antes, pero Tino Kadewere, que se había lanzado de cabeza, no logró recuperarse correctamente (84º).
Sin duda, estas oportunidades perdidas explican por qué los nanteses acogieron el final del partido sin ostentosas muestras de alegría. Pero si muestran el mismo sacrificio durante los próximos dos días, nada significa que no podrán seguir haciendo correr el reloj.