Un cohete Soyuz con dos cosmonautas rusos y un astronauta estadounidense a bordo se acopló el viernes a la Estación Espacial Internacional (ISS), una inusual cooperación en medio de un período de tensión entre Moscú y Washington.
El cohete despegó según lo previsto a las 15:44 GMT hacia un oscuro cielo nocturno desde el cosmódromo ruso de Baikonur en Kazajstán, con una tripulación a bordo que incluía al veterano cosmonauta ruso Oleg Kononenko y su camarada Nikolai Tchoub, así como al astronauta de la NASA Loral O’Hara. . Los dos últimos realizan su primer vuelo al espacio.
Llegó a la ISS tres horas después, anunció la agencia espacial rusa en un comunicado de prensa. Este lanzamiento se produce menos de un mes después de la pérdida de la sonda lunar rusa Luna-25, que se estrelló en la Luna en agosto, un fracaso que recordó las dificultades que afronta el sector espacial ruso desde hace años, entre la falta de financiación y la corrupción. escándalos. “Es un momento muy especial y una sensación muy linda de ser parte de algo que es más grande que nosotros y que ha unido a tanta gente. Estoy entusiasmado con esta misión”, dijo el jueves Loral O’Hara, de 40 años, en una conferencia de prensa en Baikonur. “El ambiente es bueno, la tripulación está preparada para cumplir todas las tareas que se les han confiado”, afirmó Nikolai Tchoub, de 39 años.
Los tres astronautas sustituirán a los rusos Sergei Prokopiev y Dmitri Peteline y al estadounidense Frank Rubio, que llegó a la EEI hace un año. Su misión se había prolongado debido a los daños sufridos en su nave de regreso, la Soyuz MS-22, que sufrió una espectacular fuga en diciembre de 2022 mientras estaba atracada en la ISS, debido según Moscú al impacto de un micrometeorito. Por lo tanto, la agencia espacial rusa decidió que sólo podría utilizarse en caso de emergencia y optó por enviar la nave espacial MS-23 como sustituto. El sector espacial es una de las pocas áreas donde se mantiene la cooperación entre Rusia y Estados Unidos, en un contexto de altas tensiones por el conflicto en Ucrania.
La estadounidense Loral O’Hara afirmó el jueves que la EEI era «un símbolo de paz y cooperación». “A diferencia de lo que sucede en la Tierra (…) donde las naciones muchas veces no se llevan bien, allá arriba nos llevamos bien, nos entendemos y somos muy sensibles a nuestras relaciones. Siempre nos cuidamos unos a otros”, añadió Oleg Kononenko, de 59 años.