Le Figaro Burdeos

Menos famosas que las justas de los caballeros a caballo, las peleas de béhourd, heredadas de la Edad Media, todavía se practican con luchadores entrenados y autorizados. El domingo, en el Château Faugas de Gabarnac, situado a unos cincuenta kilómetros de Burdeos, se celebró la Copa de Francia de este arte medieval. Al final de dos días de juegos y cerca de 70 combates a los que asistieron más de 3.000 espectadores, según los organizadores, la final resultó más dura de lo esperado y un luchador resultó herido. “Estaba luchando contra un oponente. El acero llegó a mi espalda y me golpeó en la ingle. Me desplomé de dolor”, testimonia Adrien Bedot al día siguiente del incidente.

Este treintañero, al que le gusta luchar con cota de malla y armadura, aprecia este deporte por “la lucha, la adversidad y la espectacularidad de enfrentarse a un oponente equipado con un hacha y con armadura”. Nunca había visto ni experimentado un accidente así en ocho años de entrenamiento y competición. Su equipo, el Aquila Sequania, se enfrentaba a otro grupo del Franco Condado 5 contra 5 para ganar el torneo, cuando se produjo el accidente. El responsable del golpe involuntario fue sancionado con una tarjeta roja: está prohibido golpear a un oponente en la entrepierna. Las reglas del behourd también prohíben los golpes con empujones, los agarres asfixiantes y los ataques en la parte posterior de las rodillas, los pies y el cuello. Por lo demás, el deporte que combina “rugby, técnica de combate y esgrima” tiene como objetivo principal derribar al oponente.

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Siguiendo el protocolo, la final fue interrumpida y el médico llamó a Adrien Bedot. Al llegar en helicóptero, el médico de Samu optó por llevar a la víctima al Hospital Universitario de Burdeos, donde fue operada durante la noche. Capacidad de respuesta que ayudó a evitar lo peor. “Cuando lo subieron al helicóptero estaba consciente. Va bien. Ya se queja de la comida del hospital y espera salir muy pronto”, dijo Hugues Hardy a Le Figaro. El capitán del equipo de Burdeos Béhourd, Pardus Bellator, que organizó la manifestación, se acercó el lunes al lecho del herido para entregarle su medalla de ganador.

El equipo contrario optó por perder después de que el primer asalto de esta pelea se libró en dos asaltos. “Es muy respetuoso y honorable de su parte, porque no tenían que hacerlo. Para mí, esta medalla tiene un sabor un poco amargo… Habría preferido que mis amigos hubieran ganado con las armas”, confiesa Adrien Bedot en su cama de hospital. El ganador entra ahora en otra pelea: una convalecencia de al menos tres semanas.