El líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, instó este lunes a las autoridades libanesas a “abrir el mar” a las pateras de inmigrantes para presionar a Europa, acusada en Líbano de querer mantener a los sirios desplazados en el país. En un discurso televisado, Hassan Nasrallah pidió «una decisión nacional» para «abrir el mar» a «cualquiera que quiera partir hacia Europa, hacia Chipre», el país de la Unión Europea más cercano a la costa Medio Este. Sin embargo, aseguró que no quería “obligar a los sirios desplazados a subir a barcos” y “irse”.

El Líbano, sumido en una profunda crisis económica desde 2019 y que dice albergar a casi dos millones de refugiados sirios, la mayor proporción per cápita del mundo, sigue instando a la comunidad internacional a repatriarlos. Algunos políticos libaneses culpan a los sirios por el empeoramiento de la situación de su país, y la presión está aumentando antes de una conferencia anual sobre Siria en Bruselas el 27 de mayo.

A principios de mayo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció en Beirut una ayuda de mil millones de euros, en particular para luchar contra la inmigración ilegal, una decisión criticada por muchos libaneses que creen que pretende mantener a los sirios en Líbano. Actualmente, estos últimos «tienen prohibido (salir) y, por tanto, recurren al contrabando y a las embarcaciones neumáticas, y se producen ahogamientos en el mar, porque el ejército libanés está aplicando una decisión política encaminada a impedirles emigrar», dijo el líder de los poderosos libaneses. dijo el lunes el movimiento islamista Hezbolá.

Hassan Nasrallah también instó al Parlamento libanés a presionar a la Unión Europea y a Washington para que levanten las sanciones a Siria que, según Damasco, están bloqueando los esfuerzos de ayuda y reconstrucción. El Líbano debe decirle a Occidente que “todos debemos coordinarnos con el gobierno sirio para devolver a las personas desplazadas a Siria y brindarles ayuda allí”, añadió. Estas declaraciones se producen un día antes de que se reanuden los “retornos voluntarios” de sirios desde el Líbano, un año y medio después de que se interrumpieran.

Los defensores de los derechos humanos destacan el riesgo de posibles detenciones arbitrarias y actos de tortura a su regreso. La guerra en Siria, iniciada en 2011 tras la represión gubernamental de las manifestaciones a favor de la democracia, ha dejado más de medio millón de muertos y millones de desplazados.