Durante 40 días, los cuatro niños encontrados el viernes 9 de junio en la selva colombiana tras el accidente de la avioneta en la que viajaban, deambularon en medio de una espesa vegetación dejando en su camino preciosas huellas para los soldados y nativos dedicados a la investigación. Cronología de la increíble operación de búsqueda desplegada para encontrarlos.
La mañana del 1 de mayo, una avioneta Cessna 206 de la empresa Avianline Charters parte de una zona de selva conocida como Araracuara para dirigirse a San José del Guaviare (sur), una de las principales ciudades de la Amazonía colombiana. A bordo de la aeronave viajaban el piloto, un jefe indígena, cuatro niños de 13, 9 y 4 años, así como un bebé de 11 meses en ese momento, y su madre.
Minutos después de que el avión despegara para un viaje de unos 350 km sobre la selva, el capitán reportó un problema con el motor. El avión luego desaparece del radar. Según información difundida por las autoridades, los niños habrían volado con su madre para huir de las amenazas de la guerrilla que se había retirado del pacto de paz firmado por las FARC en 2016.
Entre el 15 y 16 de mayo, militares lograron localizar la avioneta en el sur del departamento de Caquetá. El dispositivo es vertical, la nariz plantada en el suelo, en medio de una densa vegetación. El piloto fue encontrado muerto en la cabina. El jefe indígena y la madre de familia también fueron encontrados muertos, sin que los soldados indicaran dónde exactamente.
Un perro rastreador encuentra un biberón cerca del lugar del accidente.
Más de 100 soldados están desplegados en la zona con la esperanza de encontrar al menos a uno de los niños con vida. Decenas de nativos de pueblos cercanos, acostumbrados a moverse por una selva donde las tormentas son frecuentes y hogar de serpientes, jaguares y otros animales salvajes, se unen a la búsqueda. Helicópteros de la Fuerza Aérea sobrevuelan la zona, transmitiendo mensajes de la abuela de los niños en su idioma, pidiéndoles que dejen de moverse para poder encontrarlos.
Se encuentran zapatos, ropa y fruta recién masticada. A unos 2,5 kilómetros del lugar donde se estrelló la avioneta, los soldados descubrieron un campamento abandonado por la guerrilla.
El operativo de rescate denominado “Esperanza” atraviesa un área de unos 323 kilómetros cuadrados. Tres semanas después del accidente, se encontraron dos pañales y un par de zapatos. El ejército afirma haber pasado a menos de 100 metros de los niños. Las búsquedas se limitan entonces a un área de unos veinte kilómetros cuadrados.
El 17 de mayo, los soldados se encontraron con un refugio improvisado hecho de ramas. Un perro señala un par de tijeras y una banda para el cabello.
El mismo día, unas horas después, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció en Twitter que los hermanos habían sido encontrados con vida. Sin embargo, al día siguiente se retracta y borra su mensaje. El 26 de mayo, las fuerzas militares organizan una fiesta simbólica para celebrar el primer cumpleaños de Cristin, el menor de cuatro hermanos.
El 8 de junio, mientras la operación de búsqueda pasa a un segundo plano en los medios debido a una crisis gubernamental provocada por un escándalo de escuchas telefónicas, el ejército anuncia que Wilson, un perro rastreador que participa en la búsqueda, también ha desaparecido en la selva. El perro, un pastor belga de seis años, está en el origen del descubrimiento de la botella. Según un boletín del Ejército, estaba «desorientado» por la «complejidad del terreno». Los soldados encuentran huellas que parecen del perro cerca de las de los niños. Varias figuras políticas colombianas están pidiendo que continúe la búsqueda para encontrar a Wilson.
El viernes 9 de junio por la tarde, el presidente Petro anunció en Twitter que los niños habían sido encontrados con vida. Su mensaje va acompañado de una foto que los muestra rodeados de soldados e indígenas. Sus rostros están demacrados.
Según el presidente, “estaban solos, salieron solos”. Los niños fueron encontrados a cinco kilómetros del lugar del accidente. Alrededor de las 21 horas, el Ministerio de Defensa anunció que los niños serían trasladados en helicóptero a San José de Guaviare, la localidad más cercana, donde se evaluaría su estado de salud. El perro Wilson no estaba con ellos.