En 2018, la dirección del hotel Aqua Magic en el complejo turístico Hurghada de Egipto, donde se hospedaban John y Susan Cooper, de 69 y 63 años, con su hija y tres nietos, dijo a Associated Press que sus muertes, que ocurrieron con unas pocas horas de diferencia, el 21 de agosto que año, se debieron a “causas naturales”. Cinco años después, un documento publicado por la BBC sugiere una historia completamente diferente.

Esta semana, el sitio británico tuvo acceso a un informe de investigación en el que se menciona una posible exposición a “agentes biológicos infecciosos o sustancias químicas tóxicas”. En una audiencia, James Adeley, patólogo forense, dijo que la pareja había sido “envenenada”. Y ello gracias a los productos que utiliza el hotel para desinfectar la habitación contigua a la suya, infestada de chinches. En el informe, el turista alemán al que se le había asignado esta habitación testifica: “Cuando entré, inmediatamente sentí un olor extraño, como a moho o humedad (…) Había muchos insectos dentro y sobre la cama”.

Según el turista alemán, el personal del hotel limpió su habitación con un bidón de insecticida de tres o cuatro litros. Luego se “selló” la puerta con cinta adhesiva gruesa. “No podemos decir que el trabajo haya sido muy profesional”, comenta el alemán. Fue realojado. No los Cooper que pasaron la noche en la habitación contigua a la habitación insalubre. Al día siguiente, su hija, Kelly Ormerod, encontró a sus padres en mal estado, enfermos y muy débiles. John Cooper murió en el dormitorio. Susan Cooper en el hospital unas horas más tarde.

Al final de la audiencia, Kelly Ormerod, hija de la pareja, dijo que «sentía una especie de consuelo por el hecho de haber obtenido finalmente las respuestas» que había estado esperando durante cinco años.