La ministra de Exteriores, Catherine Colonna, anunció este miércoles que tenía previsto visitar «durante el mes de abril» las capitales de Azerbaiyán y Armenia, dos ex repúblicas soviéticas en conflicto desde la desintegración de la URSS.
“Planeo viajar a Bakú y Ereván en abril, (…) para recordar la necesidad de una solución política, la necesidad del alto el fuego al que se han comprometido las dos partes y subrayar que las amenazas de “uso de la fuerza son inaceptables», declaró Catherine Colonna ante los senadores. Esta será su primera visita oficial a estos dos países.
Desde el 12 de diciembre, activistas azerbaiyanos bloquean una carretera vital que une Armenia con Nagorno-Karabaj y afirman que protestan contra las minas ilegales en la región. Región montañosa poblada principalmente por armenios y que se separó de Azerbaiyán tras el colapso de la Unión Soviética, Nagorno-Karabaj sigue envenenando las relaciones entre Ereván y Bakú.
Según el ministro, el bloqueo de la vía principal, denominada corredor Lachin, “alimenta las tensiones y empaña las perspectivas de un arreglo político que es el único posible, incluido un acuerdo de paz”. “Esta situación no puede durar más, debe restablecerse sin demora la libre circulación y debe garantizarse mejor el abastecimiento de las poblaciones de Nagorno-Karabaj”, añadió Catherine Colonna.
Armenia declaró la semana pasada que quería recurrir a la ONU para evitar un «genocidio» de los armenios del enclave de Nagorno-Karabaj. En enero, la presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, acompañada de una delegación de diputados, viajó a Armenia para señalar su «apoyo inquebrantable» al país ante las tensiones con Azerbaiyán.
Una primera guerra entre los dos países a principios de la década de 1990 dejó 30.000 muertos. Se enfrentaron nuevamente en el otoño de 2020 por el control de la región independiente de Nagorno-Karabaj. El conflicto se saldó con más de 6.000 muertos y una dura derrota para Ereván, que tuvo que ceder importantes territorios a Bakú. Pero a pesar de la presencia de las fuerzas de paz rusas, los enfrentamientos en Karabaj y en la frontera entre Azerbaiyán y Armenia siguen siendo frecuentes y amenazan con descarrilar la frágil tregua alcanzada tras la guerra de 2020.