A sus 33 años y con 99 partidos internacionales, Thomas Heurtel disfruta ahora del apogeo del club ruso Zénith San Petersburgo en Rusia. El armador se inscribió el otoño pasado por una temporada con un año opcional. Una elección que lo empujó a violar los estatutos de la Federación Francesa de Baloncesto (FFBB) que estipulan que cualquier jugador que juegue con un club ruso o bielorruso ya no puede pretender usar la camiseta de la selección de Francia. Ahora al margen de la selección, Heurtel confió en su elección dictada por la codicia, no lo oculta.
En una entrevista con L’Équipe, explica por qué no respetó la carta de la federación que había firmado. “Fue la mejor situación para mí y mi familia. Tanto a nivel económico como de proyecto de juego, el míster y el club me dieron las claves del equipo, sabía que iba a jugar mucho. Volviendo a divertirme sobre el césped tras un año complicado en el Madrid. Y eso era lo que yo quería”, dijo el exjugador del FC Barcelona pero también del Real Madrid, dos pesos pesados del baloncesto europeo.
Leer tambiénBaloncesto: para el presidente de la FFFB, «se acabó» para Heurtel en la selección de Francia
Consciente de su delicada situación, Heurtel no abandonó sin embargo definitivamente al Blues con el que había jugado la última Eurocopa. “La Euro ha ido bien a pesar de la derrota en la final. Así que es una pena, pero veremos qué sucede. Si vuelvo o no», añade, detallando de paso que quiere «recaudar lo máximo posible para el futuro», aunque su futuro con la selección de Francia parece bloqueado de momento: «Seguro que no me cago». estar en la selección de Francia. (…) Esta situación me entristece. Y ser criticado todos los días por personas que no necesariamente conocen la situación, no es agradable.
Heurtel asume sus elecciones pero le cuesta aceptar que lo critiquen por jugar en un país que atacó a su vecino en febrero de 2022. “Pero si tomamos esta lógica, no podemos jugar en China o en Israel. Entonces, si tomamos esta lógica, la aplicamos a todos, no solo a mí”, defiende el coloso de 1m98 y 90 kg que no apoya la agresión de Ucrania. “Está bien, ellos hacen esto. Pero eso no significa que apoye lo que hacen. Aquí, no conozco a nadie que esté para esta guerra”.
“Pero yo no acepto dinero de gente que mata…”, intenta resumir el oriundo de Hérault, cuestionado en el proceso por la situación de su club, propiedad de Gazprom, empresa estatal rusa que financia indirectamente la guerra. El jugador responde: «No funciona de esa manera. Lamento decirte esto, pero eso es lo que piensan los perdedores. Toda esta gente que no tiene la oportunidad de estar en mi lugar, de ganar lo que yo gano. Está bien decir en las redes sociales, en la tele: «En su lugar, yo no hubiera venido a Rusia. Hay que pensar en los niños, en la gente que se está muriendo…» Eso es hipocresía, la gente no ponerse en los zapatos de otras personas.
MIRA TAMBIÉN – Todo lo que debes saber sobre Francia – Holanda este viernes (20:45 horas)