Elisabeth Borne provocó este miércoles un nuevo 49,3 en la Asamblea sobre la parte “ingresos” del presupuesto de la Seguridad Social, en el segundo día de examen de este texto, lo que atrajo a cambio dos nuevas mociones de censura. «A pesar de nuestras propuestas, una vez más ha prevalecido la práctica según la cual los grupos de la oposición se niegan a votar un presupuesto, sea cual sea», declaró el Primer Ministro en el hemiciclo para justificar este nuevo recurso al arma constitucional denunciada.

En respuesta, LFI presentó inmediatamente una moción de censura -con firmas comunistas y ecologistas y la promesa de votos del PS-, y el grupo RN de Marine Le Pen anunció que haría lo mismo. Aún no se ha fijado la fecha para el examen de estas mociones, pero podrían someterse a votación como muy pronto el viernes por la tarde. Al igual que los dos anteriores de la semana pasada, tienen pocas posibilidades de tener éxito, ya que el grupo LR afirma que excluye derribar al Gobierno mediante un texto presupuestario.

Antes de la llegada de Elisabeth Borne al hemiciclo, el campo presidencial había sufrido una serie de reveses, con el rechazo de los tres primeros artículos examinados, bajo el fuego cruzado de las oposiciones. Estos artículos contables corrigieron en particular la previsión de déficit para 2023, revisada al alza hasta los 8.800 millones de euros, o el objetivo de gasto en seguros de salud para 2023. Las oposiciones denuncian conjuntamente una infrafinanciación del sistema sanitario en este proyecto de ley de financiación de la Seguridad Social (PLFSS) para 2024, que lograron rechazar de una manera sin precedentes en comisión. También señalan previsiones económicas “poco realistas” o incluso “poco sinceras” en este presupuesto, que prevé un déficit de la Seguridad Social de 11.200 millones en 2024.

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Este nuevo 49.3, sobre el aspecto “ingresos” del PLFSS en primera lectura, llega una semana después del que se aplicó al presupuesto del Estado. Esta es la decimocuarta vez que Elisabeth Borne lo utiliza para obtener la adopción de un texto sin votación. El gobierno ha descartado temporalmente una medida explosiva que rondaba los debates: la posible contribución obligatoria de Agirc-Arrco, el fondo de pensiones privado complementario, para participar en el “equilibrio” del sistema de jubilación.

Los interlocutores sociales que gestionan este plan habían rechazado la petición del ejecutivo de recuperar al menos mil millones de euros al año de sus excedentes. «En este momento, no presentaremos ninguna enmienda que reduzca los ingresos del régimen de Agirc-Arrco», aseguró el ministro de Cuentas Públicas, Thomas Cazenave. Pero no descartó la posibilidad de una enmienda en una fase posterior del debate presupuestario. «Pedimos avances concretos y rápidos» a los interlocutores sociales «en el tiempo abierto por la lanzadera parlamentaria», advirtió el ministro.

El ejecutivo tampoco descarta la posibilidad de duplicar el importe restante que deben pagar los asegurados por los medicamentos (actualmente 50 céntimos por caja) y las consultas (1 euro), criticado tanto por la oposición como por las asociaciones sanitarias. «Creemos que esta es una de las palancas que creemos que podemos activar», dijo Cazenave el miércoles, cuando se le pidieron preguntas sobre este tema.

El posible aumento de deducibles no aparece en el PLFSS y el gobierno podrá implementarlo mediante reglamento. «No hay ninguna aclaración, para nosotros es insoportable», lamentó el diputado del PS, Jérôme Guedj. Para frenar el gasto sanitario, el Gobierno aspira a un ahorro total de 3.500 millones de euros en 2024, mediante reducciones del gasto en medicamentos, laboratorios de análisis e incluso bajas laborales. La utilización del 49.3 le permite integrar en el texto las enmiendas de su elección, entre las más de 3.000 presentadas.

En este apartado «ingresos», que se considerará adoptado con el esperado rechazo de las mociones de censura, el ejecutivo ha incluido en particular una enmienda de la mayoría «para reducir el aumento de las reducciones de cargas» que pesan sobre las cuentas sociales. El sistema, que prevé una revisión del método de cálculo de las exenciones de las cotizaciones empresariales para los salarios elevados, «evitará una pérdida de ingresos de alrededor de 600 millones de euros». También añadió su propia enmienda tipificando el delito de “promoción y facilitación” del fraude social, “durante el delito que se introducirá por incitación a la evasión fiscal”.