Diecisiete personas tomadas como rehenes la víspera en el noreste de la República Democrática del Congo fueron ejecutadas el domingo 26 de marzo por la milicia comunitaria Codeco (Cooperativa para el desarrollo del Congo), según supimos de fuentes locales.

El sábado, al menos «diecisiete personas habían sido tomadas como rehenes por milicianos de Codeco entre las aldeas de Bambu y Kobu», en el territorio de Djugu, a unos 45 km al norte de Bunia (provincia de Ituri), dijo a la AFP Banguneni Gbalande, jefe de la Akongo. -Comunidad de Nyali donde sucedieron los hechos. Estas personas viajaban en dos vehículos desde Bunia, la capital provincial, hasta la ciudad minera de Mongbwalu cuando su convoy fue emboscado, explicó.

El domingo, estos rehenes fueron «ejecutados en la aldea de Pechi, bastión de Codeco», dijo, indicando que había sido «alertado por las familias de algunas víctimas de Mongbwalu». Los “rehenes murieron, fueron ejecutados por milicianos de Codeco”, confirmó a la AFP Toko Kagbanese, otro jefe tradicional local. Un vecino de Bambú dijo a la AFP que la toma de rehenes se produjo tras la muerte de tres milicianos de Codeco que cayeron en una emboscada de una milicia rival en esta localidad. Una mujer embarazada estaba entre los rehenes, dijo la fuente, que no quiso ser identificada por razones de seguridad.

Desde finales de 2022, se han producido decenas de muertes casi todas las semanas en Ituri, una provincia rica en oro. Más de treinta personas, incluidas muchas mujeres y niños, fueron masacradas el 18 de marzo en varios pueblos. Los milicianos de Codeco fueron acusados ​​de este asesinato. La Codeco es una milicia de varios miles de hombres que pretende proteger a la tribu Lendu contra una tribu rival, los Hema, defendida por otra milicia, la «Zaire».

Tras una década de calma, el mortífero conflicto en Ituri entre hema y lendu se reanudó a finales de 2017, provocando la huida de más de un millón y medio de personas y la muerte de miles de civiles. El anterior conflicto entre milicias comunitarias provocó miles de muertos entre 1999 y 2003, hasta la intervención de una fuerza europea, la Operación Artemisa, bajo mando francés.