Bruno Le Maire realmente no quiere una gran barrida. En los albores de una posible reestructuración, el jefe de Bercy defendió, por el contrario, las “virtudes” de la “estabilidad” para la economía y las finanzas en “estos períodos de gran agitación”. Manera de reafirmar su deseo de permanecer en el cargo que ocupa de forma ininterrumpida desde hace casi siete años.
“Estoy orgulloso de las funciones que ocupo, contento con las funciones que ocupo y honrado por la misión que me encomendó el Presidente de la República, por eso no me hago ninguna pregunta”, dijo, respondió. A los ojos de los franceses, el ministro también es popular, justo detrás de Gabriel Attal (Educación Nacional), para suceder a Élisabeth Borne en Matignon, como revela nuestra última encuesta Odoxa-Backbone para Le Figaro.
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Bruno Le Maire, recibido el viernes por el Jefe de Estado, no tiene más deseos de volar a Bruselas. Sin embargo, algunos presionan para que el ex elegido LR encabece la lista mayoritaria en las elecciones europeas del próximo junio. Sobre todo porque el bando presidencial tarda en nombrar a su líder, a pesar de la ventaja del jefe del Renaissance, Stéphane Séjourné. “No podemos estar en el horno y en el molino. Mi horno está en Bercy, allí es donde intento hacer el mejor pan posible y construir lo mejor posible para los franceses”, descartó Bruno Le Maire, descartando una vez más un futuro lejos de su ministerio.
Por tanto, no se trata de asumir un papel en el Parlamento Europeo. “No creo que este sea mi deseo ni mi futuro en absoluto. Creo que hoy mi papel es cuidar de nuestros compatriotas, hacer que la economía francesa se dirija definitivamente hacia las grandes potencias económicas del siglo XXI. siglo”, insistió.