Al menos 11 recolectores de trufas murieron el domingo en un ataque atribuido al grupo Estado Islámico (EI) en el desierto sirio, antiguo bastión de esta organización ultrarradical, informó una ONG. Los combatientes del EI activaron una mina cuando pasaba su vehículo antes de abrir fuego contra ellos en las extensiones desérticas de la provincia de Raqqa, en el norte de Siria, dijo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Según la misma fuente, al menos 11 recolectores de trufas fueron asesinados.
Otras tres personas, que también iban en busca de estas preciadas setas, fueron secuestradas por los yihadistas, según la ONG con sede en Reino Unido pero con una amplia red de fuentes en el país en guerra. Todas las víctimas son civiles y el número de víctimas podría aumentar, indicó además el OSDH, añadiendo que tanto residentes como hombres armados de la región se han movilizado para tratar de encontrar a los capturados y recuperar los cuerpos de las víctimas.
ISIS, que tomó el control de zonas enteras del país a partir de 2014, fue derrotado territorialmente en marzo de 2019 por una coalición antiyihadista internacional encabezada por Estados Unidos y las fuerzas kurdas. A pesar de esta derrota, las células de la organización yihadista diseminadas por el desierto sirio llevan a cabo periódicamente ataques mortales, especialmente durante la temporada de lluvias, entre febrero y abril, la única época del año en la que se pueden recolectar las trufas de arena.
En un país sumido en una grave crisis económica después de 13 años de guerra, el alto valor de las trufas de arena las convierte en un recurso precioso para una población muy afectada. Según el OSDH, los combatientes del EI atacan con frecuencia a los residentes que se dirigen a zonas aisladas en busca de trufas. A pesar de las repetidas advertencias de las autoridades, esta actividad de alto riesgo persiste.