Cámaras a bordo de los barcos, mayor trazabilidad y controles más estrictos de las capturas: el Parlamento Europeo y los estados de la UE acordaron este miércoles medidas para combatir la sobrepesca, tras varios años de duras negociaciones. La Comisión Europea había propuesto en mayo de 2018 una revisión de los métodos de control de las actividades pesqueras, pero los Veintisiete tardaron tres años en adoptar su posición antes de entablar largas conversaciones con los eurodiputados, en particular sobre los márgenes de error permitidos. Concluido de la noche a la mañana entre la Presidencia sueca del Consejo de la UE -que negociaba en nombre de los Estados y los negociadores del Parlamento Europeo-, el compromiso final prevé una mayor vigilancia para todos los barcos. Los estados deberán poder rastrear la posición de todos los barcos de pesca, independientemente de su tamaño, todos los cuales deberán registrar sus capturas electrónicamente. Los buques de eslora igual o superior a 18 metros que se consideren de riesgo también deberán estar equipados con “sistemas de vigilancia electrónica”: sensores, cámaras a bordo, etc.
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El objetivo es «garantizar el cumplimiento de la obligación de desembarque», especifica una nota de prensa del Parlamento. Los pescadores ya están obligados a desembarcar todas sus capturas en tierra en lugar de arrojar las capturas accidentales o no deseadas al mar, pero esta medida, que tiene como objetivo comprobar si los pescadores no capturan demasiadas especies vulnerables, se aplica actualmente de forma muy irregular. Las negociaciones habían tropezado durante mucho tiempo con el margen de error máximo tolerado entre las cantidades estimadas por los patrones en su cuaderno de bitácora y las cantidades realmente desembarcadas. La Comisión incluso había amenazado con retirar su texto en caso de que se considerara un acuerdo demasiado complaciente, que probablemente alentaría la “infradeclaración”.
Con carácter general, se mantiene el margen de tolerancia fijado actualmente en el 10% por especie, pero se podrá aumentar hasta el 20% para las especies cuya captura total no supere los 100 kg. Se prevén acuerdos para los «pequeños pelágicos» (arenques, sardinas, boquerones, etc.), la pesca industrial y los túnidos tropicales (que los barcos franceses y españoles pescarán en el Índico en particular), con una tolerancia del 10% calculada sobre el total cantidad registrada, y no por especie, a cambio de «controles más estrictos». Se armonizarán las sanciones, hasta ahora muy variables según los países, en particular calculando las multas en función del valor de las capturas del buque infractor. Finalmente, la información sobre el pescado fresco y congelado en el mercado debe ser “plenamente accesible”, por ejemplo en forma de código QR, un sistema de trazabilidad digital que también se extiende a los productos pesqueros procesados.