Donald Trump volvió a hacer comentarios ambiguos sobre la anticoncepción el martes 21 de mayo, después de una protesta que ilustra la sensibilidad de la cuestión de los derechos reproductivos en la campaña presidencial estadounidense. “Nunca he defendido, y nunca defenderé, la imposición de restricciones a la anticoncepción”, irrumpió el candidato de derecha en un mensaje en letras mayúsculas en su plataforma Truth Social. «Es una mentira fabricada por los demócratas, desinformación», añadió. “¡No apoyo la prohibición de los anticonceptivos y el Partido Republicano tampoco lo hará!”
Anteriormente, el canal local KDKA le preguntó si apoyaba las restricciones al derecho a la anticoncepción. “Estamos analizando esto y muy pronto tendré una política al respecto”, respondió el magnate empresarial. Cuando el canal volvió a cargar, diciéndole que así estaba sugiriendo que podía apoyar restricciones, por ejemplo con la píldora del día después, Trump no respondió directamente. «Las cosas realmente tienen mucho que ver con los estados, y algunos estados tendrán políticas diferentes a otras», dijo. Luego prometió revelar una “política muy integral (…) en aproximadamente una semana”.
El equipo de campaña de su rival, el presidente demócrata Joe Biden, reaccionó rápidamente, acusándolo de intentar “regresar y suprimir las libertades de las mujeres”. Recordó en un comunicado que la Corte Suprema, cuyo equilibrio fue modificado por los nombramientos de Donald Trump, había anulado la garantía constitucional del derecho al aborto. «Si gana un segundo mandato, está claro que quiere ir aún más lejos y restringir el acceso a los anticonceptivos y a los anticonceptivos de emergencia», aseguró una portavoz, Sarafina Chitika.
La cuestión del aborto y los derechos reproductivos en general es uno de los temas clave de la campaña presidencial de noviembre. Joe Biden y su compañera de fórmula, Kamala Harris, lo han convertido en uno de sus principales ángulos de ataque contra Donald Trump. Atrapado entre sus partidarios más conservadores y la observación de que la prohibición del aborto es impopular entre muchos estadounidenses, este último pareció descartar recientemente la posibilidad de una proscripción del aborto a nivel nacional, descartando esta responsabilidad para los Estados.