TOPS
El extremo del Stade Brestois realizó una actuación extraordinaria ante el OL, aunque finalmente la victoria fue para Les Gones (4-3) en este partido completamente loco. Él, nacido en Lyon, se mostró en todas las situaciones en la segunda parte. Después de un primer disparo que obliga a Lopes a relajarse (56º), realiza un centro perfecto para Mounié (60º). Su tiro libre bajo el larguero no alcanzó a Anthony Lopes (64º), cuya anticipación le costó. Él, el zurdo, se permitió un último gol desde la derecha, a propuesta de Doumbia. Ya en el primer tiempo sus proyecciones habían perjudicado. Pudo haber dado otra asistencia cuando su centro para Doumbia acabó en el larguero de Lopes (23).
Como es habitual, Pierre Sage lanzó su pepita en la segunda mitad, cuando el OL se encontraba en una mala posición. Entrando en el minuto 68, justo después del tercer gol bretón, tensó la defensa bretona que empezó a retroceder peligrosamente. Es el pasador decisivo sobre Tagliafico (79º) y su centro marca el gol de Lacazette (70º). En el tiempo añadido, logró abrirse camino gracias a su técnica y pudo marcar un gol legendario con una ruleta en el 93.
Un lío de goles, un escenario loco con los Lyonnais que abrieron el marcador, fueron atrapados, luego superaron el 1-3 antes de regresar al partido y finalmente ganar en el tiempo añadido después de un choque de Bizot-Lacazette que recordó a Schumacher y Battiston a un Jean-Michel Aulas, que salió muy contento al terreno de juego al final del partido. Sin olvidar el arbitraje fallido (ver más abajo)… Todos los ingredientes estaban ahí para una noche de domingo loca y la confirmación de dos cosas: el OL tiene todo el derecho a soñar con una plaza en la Copa de Europa, siendo provisionalmente 7º en la Ligue 1. Y Brest, magnífico en coraje y ambicioso en el juego, merece plenamente su segundo puesto en el ranking.
fracasos
El VAR ya no está en el corazón de los bretones, pero ya no lo estará después de este partido. Primero en el minuto 16, cuando una mano de O’Brien no derivó en penalti para los visitantes. Luego, sobre la expulsión de Lees-Melou, cuyo entrenador Éric Roy todavía se pregunta “de qué se le acusa”. El penalti del Lyon no da lugar a discusión pero amarga a los finisterios ante situaciones anteriores.
Si no hay nada que reprochar al defensor en el segundo y tercer gol, es él quien, en el primero, devuelve el balón al centro de su área. Al jefe de la defensa del Brest le falta compromiso para obstaculizar el disparo de Tolisso. Lamentablemente, su falta de comunicación con Bizot provocó el penalti ganador, aunque él mismo no cometió la falta.