Armas y hasta un estudio de grabación. Las autoridades venezolanas recuperaron el miércoles el control de la prisión más poblada del país de manos de las pandillas, el segundo en el espacio de un mes. El almirante Remigio Ceballos, ministro del Interior y de Justicia, anunció en la televisión pública la “toma” del penal de Tocuyito, en el estado Carabobo (centro-norte). Los medios oficiales difundieron imágenes de detenidos sentados, esposados, en el patio central de la prisión que cuenta con unos 2.000 detenidos.
Este envío de policías y militares se produce tras la evacuación, el 20 de septiembre por parte de 11.000 miembros de las fuerzas de seguridad, de la prisión de Tocorón (centro-norte), que tenía unos 1.600 detenidos bajo el control de la formidable banda del Tren de Aragua, que había lo convirtió en su cuartel general. Tocorón albergó un arsenal de municiones y armas de guerra, además de una piscina, una discoteca, restaurantes y hasta un zoológico.
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En Tocuyito “encontramos una cantidad impresionante de armas y municiones”, dijo Ceballos. También fue descubierto un estudio de grabación donde Néstor Richardi Sequera Campos, alias “Richardi”, uno de los “jefes” del penal, grababa canciones que acumulan millones de reproducciones en su canal de YouTube.
Condenado a 20 años de prisión por asesinato, “debería haber sido liberado en mayo de 2018, pero por iniciativa propia decidió permanecer tras las rejas como si se tratara de un lugar de vacaciones”, afirmó la ONG Observatorio Penitenciario Venezolano (OVV). Desde hace años, “el control de las prisiones en Venezuela está en manos de los presos, ellos son los que mandan”, explicó a la AFP Carlos Nieto Palma, coordinador de la ONG “Una Ventana a la Libertad”.
Estos “jefes” penitenciarios practican el crimen organizado contra la población carcelaria y el tráfico de drogas al amparo de funcionarios corruptos “entre una serie de otras actividades criminales”, señala Carlos Nieto Palma. «Esperamos que esta operación contribuya a mejorar el sistema penitenciario venezolano que se encuentra en completo caos».
