«Hacemos un llamado a Beijing para que desista de su acción provocativa y peligrosa» en el Mar de China Meridional. Estados Unidos se está acercando a China este sábado 29 de abril, en un comunicado del portavoz del Departamento de Estado de EE. UU., Matthew Miller, luego de una colisión casi accidental entre un barco de la Guardia Costera china y un barco filipino.
Los estadounidenses también reafirmaron con firmeza el apoyo de Washington a su «aliado» Filipinas, recordando que «un ataque armado en el Pacífico, que incluye el Mar de China Meridional, contra fuerzas armadas, barcos públicos o aviones filipinos, incluidos los de la Guardia Costera, resultar en la aplicación de los compromisos de defensa mutua de los Estados Unidos» a Filipinas en virtud de un tratado de 1951.
El incidente, que ha subido el tono entre Pekín y Manila, se produjo el domingo cerca de las islas Spratly, al día siguiente de las conversaciones en la capital filipina del ministro de Asuntos Exteriores chino, Qin Gang, con el presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr, con el objetivo precisamente de calmar la discordia en estas disputadas aguas
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Esto se produce cuando se espera que el presidente filipino esté en Washington el lunes para ser recibido por su homólogo Joe Biden en la Casa Blanca. Beijing reclama casi todo el Mar de China Meridional, ignorando un juicio internacional de 2016 que determinó que sus reclamos no tenían base legal.
China ha reconstruido y militarizado allí, durante los últimos diez años, miles de hectáreas de arrecifes donde han crecido pistas de aterrizaje, puertos y sistemas de radar.
Según un equipo de AFP que estaba en otro barco filipino, el barco de la guardia costera china cortó el camino hacia el de la guardia costera filipina y la colisión se evitó por poco. El incidente es el último de una larga serie.
“Las imágenes y videos publicados recientemente en los medios son un claro recordatorio de que la República Popular China está acosando e intimidando a los barcos filipinos que realizan patrullas de rutina en su zona económica exclusiva”, denuncia también el Departamento de Estado estadounidense.
China respondió al incidente el viernes acusando a Filipinas de querer provocarlo «deliberadamente». Manila aseguró por su parte que “los patrullajes de rutina en nuestras propias aguas no pueden ser premeditados ni provocativos” y son “un derecho legal que hemos ejercido y seguiremos ejerciendo”.