La tasa de inflación anual en la zona euro aumentó levemente, al 7% en abril, después del 6,9% en marzo, interrumpiendo una serie de cinco caídas mensuales consecutivas, anunció Eurostat el martes. La cifra es peor que las expectativas de los analistas de Factset y Bloomberg que esperaban un estancamiento del 6,9%. Se espera que anime al Banco Central Europeo (BCE) a subir las tasas de interés en una reunión el jueves. La inflación había alcanzado un récord en octubre, del 10,6%, tras un año y medio de subida ininterrumpida, acelerada por la guerra de Ucrania.

Aprovechando una caída en los precios de la energía, luego cayó de noviembre a marzo, manteniéndose muy por encima del objetivo del 2% establecido por el BCE. En abril, el índice de precios al consumidor estuvo impulsado por un repunte en los precios de la energía (combustibles, electricidad, gas, etc.), que subieron un 2,5% en un año, luego de una caída del 0,9% en marzo. La inflación también se vio impulsada por una ligera aceleración en los precios de los servicios, que subieron un 5,2%, 0,1 punto más que el mes anterior. La principal contribución al alza de los precios provino de los alimentos (incluidos el alcohol y el tabaco), que volvieron a dispararse un 13,6% en abril en la eurozona, registrando aún una desaceleración respecto a marzo (15,5%).

Aunque también bajaron 0,4 puntos respecto a marzo, los precios de los bienes industriales mantuvieron una fuerte subida del 6,2% en abril. Entre los 20 países que comparten la moneda única, Luxemburgo (2,7 %) y Bélgica (3,3 %) experimentaron la tasa de inflación más baja. La inflación repuntó 0,2 puntos en Francia, hasta el 6,9% en abril. Lo hace mejor que Alemania (7,6 %) e Italia (8,8 %), pero menos que España (3,8 %). Las tasas más altas se registraron nuevamente en los países bálticos: Estonia (13,2 %), Lituania (13,3 %) y Letonia (15 %).