Regreso a Lyon. Cédric Andrieux fue bailarín allí, vuelve a la cabeza del Ballet. Asimismo, en 2018, regresó al Conservatoire National Supérieur de Danse de Paris para asumir la dirección. Fue allí donde había sido entrenado. El hombre, nacido en 1977, puede parecer que tiene gusto por los rizos. Es ante todo un trabajador incansable, que tiene sentido del diálogo y la reflexión. Dirigir una compañía fue lo último que le faltaba a su arco: Cédric Andrieux hizo casi todos los trabajos posibles en la danza. Intérprete, pedagoga, ayudante de coreografía, directora de producción, directora de una Grande École…
En el CNSMD De Paris, Cédric Andrieux ha realizado un trabajo que marcará, con la llegada de grandes formas como Trisha Brown o Cunningham para cien bailarines en 2021, y 2022, la presentación de alumnos de la sección clásica en el Prix de Lausana, la creación de un máster en interpretación o un centro de salud. También en Lyon, Cédric Andrieux llega con gran ambición. “Tengo la intención de dirigir el ballet, traer una forma de estabilidad y hacer que irradie”, dice. En definitiva, volver a conectar con la época dorada de esta compañía, la segunda en Francia, que tiene la particularidad de estar especialmente dedicada al repertorio contemporáneo. A principios de la década de 2000, fue una de las mejores embajadoras de la danza contemporánea en el extranjero. Tanto es así que la convocatoria, lanzada en enero cuando Julie Guibert anunció su salida, generó un número considerable de 63 solicitudes de 26 países.
Los examinó un comité de selección compuesto por Annie Bozzini, directora general del centro coreográfico de Valonia-Bruselas Charleroi Danse, Tiago Guedes, director de la Biennale de la danse y de la Maison de la Danse de Lyon, Jan Martens, coreógrafo, co -fundadora de la plataforma coreográfica GRIP en Amberes/Rotterdam, y Emily Molnar, directora artística de Nederands Dance Theatre. Richard Brunel, director general y artístico de la Ópera de Lyon, anunció su nombramiento tras el dictamen unánime de este comité.
En Lyon, el desafío de Andrieux es impulsar un proyecto que unirá a todos los bailarines. En los últimos años, la compañía ha sido puesta a prueba por un cierto número de vacilaciones: la difícil salida de Yorgos Loukos que durante un tiempo supo hacer del ballet de Lyon una herramienta excepcional, luego la dirección apasionada de Julie Andrieux que supo atraer creadores sin lograr cautivar a todos los bailarines.
Andrieux lo demostró en el Conservatorio: sabe dirigir y tiene gusto. Planeaba trabajar en el ADN de la empresa: retomar sus piezas icónicas y situar la creación en el centro de su obra. También pretende innovar creando vínculos con otros campos artísticos. Esto también lo sabe. Cédric Andrieux fue bailarín de Merce Cunningham durante diez años, de 1998 a 2007, antes de unirse al ballet de Lyon en 2007. En Cédric Andrieux, Jerome Bel le hizo contar la historia interna de los días que pasó con Cunningham. Una pieza breve que valió más que muchos libros extensos escritos sobre el tema para explicar el arte del maestro estadounidense.