La farándula de cifras es prodigiosa. Ai Weiwei utilizó 650.000 ladrillos Lego en 22 colores diferentes para crear una obra de 15 metros de largo. Lirios de agua titulados
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El artista chino se inspiró en la serie de nenúfares de Claude Monet y, en particular, en el enorme cuadro expuesto en el MoMA de Nueva York. Para su versión revisada, Ai Weiwei empleó piezas de Lego para “eliminar las pinceladas de Monet en favor de un lenguaje despersonalizado de piezas y colores industriales. Estos bloques en forma de píxeles sugieren las tecnologías digitales contemporáneas que son fundamentales para la vida moderna y en referencia a cómo el arte se difunde a menudo en el mundo contemporáneo.
El artista utilizó miles de piezas de Lego, donadas por el público cuando la empresa danesa dejó de vendérselas. En 2015, la empresa le negó al disidente chino un pedido de ladrillos, que no quería que se utilizaran con «fines políticos». Ai Weiwei los había usado para crear retratos gigantes de disidentes políticos de todo el mundo.
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Entre las obras expuestas hay cientos de miles de objetos recopilados desde la década de 1990 por Ai Weiwei. Uno estará compuesto por miles de piezas de esculturas de porcelana que las autoridades chinas destrozaron en su estudio de Beijing en 2018.
La exposición también cuenta con una percha, el único objeto que el artista podía llevar a prisión para colgar su camisa. Para Justin McGuirk, comisario de la exposición, “la demolición o la destrucción o la pérdida de la memoria cultural es uno de los temas principales de esta exposición”. “La exposición ofrece una rica experiencia de lo que es el diseño y cómo el diseño se relaciona con nuestro pasado y nuestra situación actual”, agrega Ai Weiwei.