“El cine tiene una función distinta a la de entretener ya que también tiene la de educar, sensibilizar sobre los grandes temas que nos preocupan hoy”, explica el presidente del jurado Abderrahmane Sissako. El director mauritano participa por primera vez en el jurado del festival. Sin embargo, él es uno de los padres fundadores de la reunión. En 2011, su cortometraje Tiya’s Dream se unió a otras siete películas para crear la película 8. Esta última, emitida por Internet, fue un gran éxito. Alcanzó más de 2,5 millones de visitas en menos de dos meses, lo que lanzó la idea del festival.
Las películas proyectadas abordan grandes temas contemporáneos: emergencia climática, futuro de la agricultura o igualdad de género. Se producen debates entre el público y el equipo de filmación. Intercambios para «crear una autocombustión que permita a todos pensar y actuar». Abderrahmane Sissako encarna el espíritu del festival, ya que él mismo está comprometido con el clima. Desde hace cuatro años, el cineasta protege un “bosque de acacias que se ve amenazado no solo por el calentamiento global sino también por el trabajo del hombre”. Un proyecto al que está particularmente apegado. “No es suficiente estar indignado por el estado del mundo, realmente tenemos que actuar, y estoy actuando”.
El jurado tendrá que elegir entre las cinco películas en competición para otorgarles el Gran Premio Cinema For Change y el Premio Favorito del Jurado. Para Abderrahmane Sissako “la calidad artística y la realización” son fundamentales a la hora de deliberar. Para merecer el trofeo, el director destaca que hay que saber «crear emoción a través de la elección de personajes, del montaje de una película, a través de su música». Los ganadores serán anunciados el domingo 16 de abril al final de la ceremonia de clausura del festival.
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Un buen ejemplo de una película organizada por el festival: Por qué luchamos. Este documental fuera de concurso fue dirigido por Solal Moisan y Camille Etienne. Figura de la lucha por el clima a los ojos de las nuevas generaciones, la activista de 24 años reúne a cerca de 260.000 personas en Instagram. El documental la sigue hasta Islandia para observar el derretimiento de los glaciares más grandes de Europa. Quería usar el cine para transmitir su mensaje con el fin de «abrir brechas para engullir un poco de acción».