Enviado especial en Aix-en-Provence (Bouches-du-Rhône)
Después de algunas horas de sueño, todavía no estamos seguros de lo que presenciamos. El Mozart of Aix 2023 anual, Cosi fan tutte, seguirá siendo una experiencia límite. No se trata tanto de la puesta en escena de Dmitri Tcherniakov, aunque obviamente es ella la que desató la ira del público. Incluso seguirá siendo la mejor de la velada, sin ser la más lograda de la brillante directora rusa. Fiel a su estilo, convierte a Cosi en una cámara donde los personajes representan un psicodrama. Punto de partida: en un interior burgués moderno (muy Claus Guth en Salzburgo), Don Alfonso y Despina son una pareja de ancianos entre atracción y repulsión (muy Michael Haneke en Madrid), que manipulan a los protagonistas para sacar a la luz el cruel desencanto de su visión. de amor (como todos los Cosi desde hace veinte años).
Concepto inteligente: no son jóvenes sino parejas mayores que han venido a vivir una experiencia swinger, una bonita manera de esquivar la cuestión del disfraz, imposible en una época que se niega a las convenciones teatrales. Tcherniakov sí tropieza a veces con la alfombra, y se pone duro cuando la mujer de este pesimista Eyes Wide Shut mata al perverso marido, pero sigue siendo una proposición que te obliga a desviar la mirada, sin merecer abucheos programados de todos modos.
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Por otro lado, el hecho de que el público, sin duda para restablecer el equilibrio, haya dado una ovación al director ya los cantantes nos sumerge en la perplejidad. Porque fueron parte de la experiencia de la deconstrucción, que es de lo que trata este Cosi. Efectivamente, para ceñirnos a la historia, habíamos apostado por un elenco de veteranos, algunos de los cuales hacía tiempo que habían abandonado estos papeles, todo ello bajo la dirección de Thomas Hengelbrock, con su conjunto Balthasar Neumann tocando instrumentos de época, en un tono difícil. .para identificar.
Estas voces sin timbre, sin aliento, sin línea y sin agilidad, no pueden ser un incidente en el camino: hubo una intención, de la que no estamos seguros de haber captado todas las extensiones. Voces desincronizadas en los conjuntos, debido a los tempos erráticos de un director cuya orquesta suena de forma evanescente, con vientos que no oíamos chillar así desde el redescubrimiento de los instrumentos antiguos hace cincuenta años.
Así como no habíamos escuchado italiano cantado con acento alemán desde los años 50, Don Alfonso hablando su papel como Schönberg. Mientras empezábamos a torturarnos en cuerpo y mente preguntándonos de qué se trataba esta instalación sonora alternativa, empezó a caer la lluvia, interrumpiendo el espectáculo durante un cuarto de hora casi liberador, acentuando el lado surrealista de este atardecer lunar.
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Quizá una demostración por el absurdo de que ahora son los repertorios barroco, moderno y contemporáneo los que son la identidad viva del Festival d’Aix, y que Mozart ya no sirve allí más que para la mesa de disección. Entonces sería el momento de hacer una pausa con las óperas de Mozart…
Teatro de la Arquidiócesis a las 21:30 hasta el 21 de julio. Transmitido en France Musique el 12 de julio a las 8 p.m.