Tarik Yildiz es sociólogo. Es, en particular, el autor de Del cansancio de ser uno mismo a la disposición a creer. Lucha contra la delincuencia para combatir el radicalismo islamista (editions du Puits de Roulle, 2020).

Los disturbios urbanos del verano, que alteraron la agenda política al poner de relieve un profundo malestar expresado varias veces en los últimos años, reforzaron la sensación de no haber podido dar respuestas adecuadas desde los importantes acontecimientos de 2005. El plan presentado por el gobierno este jueves 26 de octubre tiene como objetivo responder a este fenómeno y su amplificación.

El jefe de Estado declaró que si “la primera respuesta es el orden, la calma”, convendría “trabajar en las causas profundas”. Este trabajo se inició tras las revueltas de 2005. Hugues Lagrange y Marco Oberti recordaron, por ejemplo, que la tasa de desempleo en los barrios afectados por las revueltas rondaba en ocasiones el 40% e insistieron en las condiciones socioeconómicas.

Además de la respuesta de seguridad, las autoridades públicas intentaron dar respuestas a las causas profundas mencionadas, en particular a través de la ley del 31 de marzo de 2006 para la igualdad de oportunidades. Esta última debía ser integral, con la creación de una función pública voluntaria, medidas relativas a la lucha contra la discriminación con el refuerzo de las competencias de la Alta Autoridad para la Lucha contra la Discriminación y para la Igualdad (HALDE), medidas específicas para la educación , el empleo y el desarrollo económico, permitiendo en particular condiciones privilegiadas de acceso al contrato «jóvenes empresarios» para los residentes de zonas urbanas sensibles.

Más allá de esta ley, políticas específicas dirigidas a ciertos vecindarios han tenido un éxito desigual. El Tribunal de Cuentas mencionó, en junio de 2022, recursos públicos que están aumentando sin lograr reducir las brechas entre los habitantes de los distritos prioritarios de la ciudad (QPV) y los de otros distritos.

Por ejemplo, la tasa de desempleo de los residentes de QPV sigue siendo 2,7 veces mayor que la de otros barrios a pesar de varias medidas. Los análisis de cohortes realizados por el Tribunal muestran, por ejemplo, que los sistemas de common law dan resultados relativamente similares a los obtenidos en otros barrios, a pesar del aumento del número de empleados de Pôle emploi que permite un seguimiento más estrecho.

Numerosas publicaciones confirman esta observación, que sin embargo debe ponerse en perspectiva dada la importante rotación en estos barrios y el carácter estructural de las iniciativas lanzadas. ¿Cómo podemos responder a cuestiones que consideramos específicas cuando las medidas dedicadas y adaptadas no parecen estar dando todos sus frutos?

Como afirmó Bourdieu para la juventud que “es sólo una palabra”, los jóvenes de los barrios no representan un grupo homogéneo y no tienen existencia propia. Entre los vecinos de los barrios populares hay una proporción importante de víctimas de los disturbios, que vieron arder sus coches, sufriendo ruidos y miedo durante varias noches. Otros participaron directamente en la violencia y el robo. A otros les hubiera gustado expresar su descontento político. ¿Qué tienen en común las expectativas e intereses que expresan?

La implementación de políticas específicas basadas en datos socioeconómicos es comprensible, pero no siempre permite abordar las diversas aspiraciones de los residentes. Varios trabajos también han destacado los efectos “perversos” de los mecanismos dedicados, incluso si estos últimos pueden estar marcados ideológicamente (ver a este respecto el desarrollo de Hirschman sobre la retórica reaccionaria).

De hecho, una tendencia “natural” a veces desplaza la diferenciación de métodos hacia una diferenciación de los objetivos mismos. A continuación se revisa a la baja el nivel de ambición.

Sin embargo, tener el mismo nivel de ambición parece esencial para promover la cohesión nacional en todos los ámbitos. Respetar a los habitantes de barrios sensibles significa tener el mismo nivel de exigencia y el mismo umbral de tolerancia: estudiar textos clásicos en los bellos barrios de París como en los suburbios sin considerar de antemano que el público no podrá entenderlos, rechazar la calle el acoso del mismo modo en todo el territorio, no tolerar las desviaciones en los barrios sensibles más que en los barrios ricos, tener el mismo nivel de servicios públicos, incluidas las misiones soberanas del Estado, en todo el territorio…

Más allá de las nuevas medidas ciertamente útiles anunciadas por el ejecutivo (responsabilidad parental, supervisión militar, etc.), armonizar nuestras normas y hacerlas respetar de manera uniforme contribuiría a mejorar las condiciones de vida en todo el territorio, especialmente en los barrios más difíciles. Se trata menos de diferenciar políticas generando una forma de estigmatización que de armonizarlas, desde su diseño hasta su implementación.