Line Renaud apoyó a Françoise Hardy durante una entrevista con Darius Rochebin en LCI el viernes 15 de diciembre. La intérprete de Es hora de amar lucha contra el cáncer de faringe desde 2018, tras recuperarse de un cáncer del sistema linfático hace varios años. En una entrevista concedida a Paris Match, la cantante de 79 años recuerda su vida cotidiana marcada por un dolor que se ha convertido en una pesadilla. Ella manifiesta su deseo de “partir a la otra dimensión lo más pronto, más rápido y menos doloroso posible”.
En respuesta a este sufrimiento acumulado, Line Renaud expresó su indignación en LCI. Partidaria convencida del derecho a la eutanasia y madrina de la Asociación por el Derecho a Morir con Dignidad (ADMD), confió en directo: “Comprendo a [Françoise Hardy], y si yo fuera ella, le pediría que me fuera. tan rápido como ella le pida. Es imposible sufrir, sentir dolor, tomar medicamentos que no la ayudan, así que tenemos que dejarla ir”. “Tenemos que ayudarlo”, insistió.
Line Renaud expresó luego su descontento con el proyecto de ley sobre el final de la vida estudiado por el gobierno. La actriz de 95 años considera que el proceso es demasiado lento. En septiembre de 2021, acudió a la Asamblea Nacional para instar a los diputados a votar “lo más rápidamente posible” un texto por una “libertad última y soberana, la de morir con dignidad”. Un año después, en un artículo publicado en el JDD, pidió la legalización de la “asistencia activa a la muerte”. Pero esta nueva ley aún no ha sido estudiada por los diputados: “Deberían sacarla ya […], 74 diputados estuvieron de acuerdo con esta ley cuando fui a hablar de ella [en la Asamblea Nacional]”, dijo en LCI. “Todos estuvieron de acuerdo, así que ¿por qué esperar? […] ¿Por qué no aprobamos esta ley?” se preguntó a sí misma. “Ya llegará, ya llegará… pero es demasiado tarde para Françoise”, se lamenta no sin emoción.
Françoise Hardy lleva meses intentando hacer valer su derecho a morir con dignidad. En una carta abierta publicada en La Tribune el 17 de diciembre, se dirigió a Emmanuel Macron y llamó la atención del presidente sobre la urgencia de una situación que preocupa a muchos franceses: “Como saben, una gran mayoría de la gente quiere la legalización de la eutanasia. Todos contamos con su empatía y esperamos que permitan a los franceses que están muy enfermos y sin esperanzas de mejorar detener su sufrimiento cuando saben que ya no hay ningún alivio posible”, escribió.
Recordemos que en Francia la ley no permite el uso de la eutanasia y el suicidio asistido. Sin embargo, desde febrero de 2016, la ley Claeys-Leonetti prevé la posibilidad de aplicar “una sedación profunda y continua hasta la muerte a los enfermos cuyo pronóstico vital se vea comprometido a corto plazo, con suspensión de todos los tratamientos”. Lo deciden los médicos cuando todos los medios aplicados hasta entonces no han dado resultados satisfactorios.
Pero la ley sobre supervisión del final de la vida útil podría evolucionar. Siguen siendo posibles tres opciones. El suicidio asistido, en el que la persona enferma administra el producto letal, la eutanasia activa que requiere la intervención de un cuidador en el momento de la administración del producto, y el suicidio asistido por un tercero (un miembro del personal del cuidador o un ser querido) si la persona al final de su vida no puede realizar el procedimiento por sí sola.
Inicialmente prevista para finales del verano de 2023, la ley finalmente se presentará el próximo mes de febrero. La última palabra la tendrá el Presidente de la República.